domingo, 12 de febrero de 2012

14. Ládane, la ninfa.



 Las tres se levantaron bastante tarde, sobre las doce. Decidieron no desayunar ya que comerían una o dos horas mas tarde. Estuvieron toda la mañana en los jardines del palacio de Gea recogiendo flores y haciendo coronas y colgantes con ellas.
A las tres pensaron que ya deberían comer. Entraron en la “pequeña casa” y comenzaron a preparar la comida.
Al terminar de comer se quedaron en el salón escuchando música del MP3 de Ignis, a Aldana la gustaba cada vez más Avenged Sevenfold y Caeli se había enamorado de una canción llamada “¿sabes?”que expresaba todos los sentimientos de un chico hacia una chica.
-Tú y Caeli iréis a ver a Ládane. Caeli se quedará fuera y tu entrarás en su morada a por la información.
-Saldremos al anochecer, lo mejor será que hasta entonces descansemos. La noche será muy larga.
Ignis se dio una ducha, se puso una camisa negra que dejaba ver a través de sus transparencias la camiseta de tirantes que llevaba debajo, unas mallas ajustadas y sus botas militares. Se hizo una trenza que la caía por el hombro derecho y la llegaba hasta la cintura, la verdad es que en esos últimos cuatro meses la había crecido bastante el pelo. Se puso los pendientes del ojo de Horus, se pintó la raya del ojo con un eyeliner que había encontrado antes de marchar a la costa en uno de sus pantalones y salio al salón.
Caeli también se duchó, se hizo la coleta que llevaba habitualmente y se puso un vestido color aguamarina, tan claro que parecía blanco pero que resaltaba sus grandes ojos azules.
Como solo había un baño en “la pequeña casa” tardaron bastante en arreglarse las dos, por eso cuando terminaron ya era bastante tarde.
Cenaron y estuvieron hablando sobre los detalles de la misión.
Ya eran las doce de la noche, Aldana salió acompañada de Ignis y Caeli hacia las caballerizas, en la puerta de las mismas , Ignis vio una cosa sorprendente, había dos duendecillos sujetando las riendas de dos unicornios.
Su pelaje era blanco y brillante y la crin era rubia, el cuerno tenía un color amarillento que al ser iluminado por los rayos de la luna parecia de oro.
Ignis no cabía en ella de la emoción.
-¡UNICORNIOS! ¡SON UNICORNIOS!
-No grites son muy asustadizos.
Caeli subió a su unicornio y pregunto:
-¿Dónde esta Wirak?
-¿Wirak?
-Si, es el unicornio mas importante de Gaheim, se podría decir que es como el rey de todos ellos. Sólo obedece a los reyes de la región de la tierra, en este caso a su princesa, ya que todos ellos son elfos. Son los únicos seres con los que se relacionan.
- Monta- dijo Aldana haciendo una señal a Ignis-.
Ignis se montó el en ese corcel tan especial, vio a Caeli arrear su unicornio y ella la imitó, las dos partieron hacia su misteriosa dirección.
Después de un rato cabalgando se internaron en el bosque de Ésus, llegaron a un claro que tenia en su centro un árbol de al menos diez metros de altura, en el había una pequeña abertura de forma elíptica que mediría uno o dos metros.
Caeli desmontó de su unicornio, Ignis hizo lo mismo.
-Lo único que debes hacer es entrar y contarla nuestro plan, ella te dará la información que necesitamos, tú te marcharás y listo.
Ignis avanzó y se interno por la grieta del gigantesco árbol. Nada mas entrar había unas escaleras de caracol que parecían no tener fin. Al llega al final de esas escaleras y Ignis se sorprendió al ver que se encontraba en una gran sala decorada con exquisito gusto. Al fondo de la misma había una persona.
Al acercarse vio, que mas bien se trataba de una chiquilla no mas mayor que ella.  
Era más bajita que Ignis y estaba muy delgada. Tenía el pelo castaño, largo y muy liso que la caía por los hombros. Su piel era morena y sus almendrados ojos negros tenían un casi inapreciable brillo pícaro. Llevaba ropajes claros, de seda, que resaltaban su color de piel. En el cuello tenia un colgante dorado con forma de águila y en los brazos llevaba brazaletes de oro.
-Me llamo Ládane. Como ya te habrán explicado haremos un intercambio, tú me darás lo que yo necesito a  cambio de lo que tu quieres. Veo que no ha venido la elfo. Supongo que no la gusta reconocer sus errores, es demasiado orgullosa.
-Vengo a por información sobre los oscuros – dijo Ignis muy decidida-
-Tienes carácter. -Ládane la ignoró y siguió hablando de sus asuntos- ¿Y la otra chica?, la de los ojos azul zafiro, no la cuesta reconocer sus errores, pero es muy reservada para sus secretos, no la gusta contarlos y mucho menos que yo los mire sin su permiso.
Una pena, me resulta muy divertido.
En ese momento Ignis se acordó de que Ládane leía la mente y se concentro para ponerla en blanco
-Los oscuros están planeando atacar la costa de la región de la tierra, ya que es la zona mas desprotegida, ellos saben que tenéis en vuestras manos esta información pero aun así están decididos a atacar. Ahora dime lo que quiero saber, ¿sabes? me resulta extraño que todavía no haya podido leer tu mente, nunca me ha pasado, supongo que tienes muy buena concentración yo diría que incluso mejor que la de tus compañeras.
- Vamos a atacar la región del agua cuando todos sus ejércitos estén defendiendo lo que les queda de la región del fuego.
-No os resultara facil, ya que el dirigente de su ejercito procede de esa región, y es  muy fuerte… pobre Eis, a acabado como un sumiso, pero que se le va ha hacer, sería su destino. No es de mi incumbencia, tampoco me importa- Ládane sonrió malévolamente -.
Ignis se despidió y salió de aquel árbol-casa. Ya fuera, vio como por la copa de aquel gigantesco árbol, Ládane volaba a lomos de un hermoso hipogrifo.
Antes de marcharse Ignis preguntó:
-¿Ládane es humana?
- No, es una ninfa.

viernes, 10 de febrero de 2012

13. Planes.



-Ahora que has regresado y sabes controlar tus poderes empezarás a implicarte en nuestras misiones.
-¡Es genial¡ Por fin haré algo de provecho.
-Lo primero que debemos comentarte - dijo Caeli – es que hemos empezado a recuperar parte de la región del fuego. Su palacio esta siendo reconstruido. Por el momento solo hemos conseguido eso, pero es un gran progreso.
-La misión que te vamos a encomendar es bastante sencilla.
Mañana por la noche irás a visitar a alguien, ese “alguien” te dará cierta información, pero solo a cambio de lo que necesita saber.
Lo que debes conseguir es dejar la mente en blanco, estar concentrada porque si no buscará en ella y encontrará más información de la que debe.
-¿Quién es ese alguien?
-Se llama Ládane, Sólo piensa en su propio beneficio. Está en los dos bandos, no le importa quien gane esta guerra siempre y cuando ella no salga perjudicada, ella nos proporciona información de los oscuros a cambio de la nuestra y viceversa.
-Necesitamos información del enemigo por tanto, tendremos que ir a visitarla. Pero yo no podré ir - dijo Aldana -.Así que irás con Caeli, pero solo tú hablarás con ella.
-¿No nos perjudicará contarla información importante?
-Sí, pero también nos beneficia.
-Nuestros planes son atacar la región del agua mientras estén distraídos en proteger lo poco que les queda de la región del fuego.
- No es muy lógico, pero es un buen plan.
Ya eran las ocho de la tarde, el día se las había pasado muy rápido.
Ignis y Aldana comenzaron a cocinar la cena mientras Caeli el mantel y los cubiertos en la mesa del salón.
Cenaron y se acostaron.

sábado, 4 de febrero de 2012

12. Regreso.



Ignis salió de su cabaña cuando aún estaba amaneciendo. Hacía un poco de frío, se notaba que se acercaba el otoño.
Ya habían pasado cuatro meses desde que Aldana la había dejado allí para que aprendiese a controlar sus poderes y la verdad es que esa soledad había dado resultado. Ignis había aprendido a concentrarse, a encontrar su energía interior y lo más importante a saber aprovecharla en sus hechizos. Aldana tenía razón aquello no era tan difícil, realmente cuando aprendías a sentir tu energía todo lo demás era muy sencillo.
En los meses que Ignis llevaba en aquella playa había tenido que valerse por si sola, y eso había hecho que madurara.
Ya sabía transportarse instantáneamente a los lugares que ella quería de la playa, a dar vida a una flor, crear comida, luz, atuendos, etc. Y todo esto solo con magia.
Podía haber vuelto perfectamente al palacio de Gea si ella hubiese querido, pero prefirió quedarse allí hasta que realmente sus poderes estuviesen lo suficientemente desarrollados.
Ya era el día, el día en el que su soledad acabaría. Volvía junto a Aldana y Caeli.
Hizo desaparecer la cabaña que había sido su hogar durante esos meses y decidió que el tele-transporte no era la mejor manera de volver junto a sus dos amigas. En realidad sería más divertido volver volando, se concentró, y de su espalda brotaron dos grandes y hermosas alas con plumas rojizas.
En el tiempo que llevaba en la playa, Ignis se había dado cuenta de que todos los hechizos que realizaba, al fin y al cabo acababan teniendo una relación con el fuego. Por ejemplo cuando hizo desaparecer la cabaña esta se convirtió en ceniza.
Emprendió el vuelo hacia el palacio, cruzó los montes donde hace cuatro meses Caeli la había llevado, también vio a lo lejos el bosque de Ésus, como ella recordaba, irradiando belleza.
Al llegar al palacio, lo sobrevoló y  vio a una joven de pelo rojizo caminar por el gran pasillo de las cúpulas de cristal.
Aterrizó delante del gran portón del palacio y entró. Corrió hacia el pasillo de las cúpulas y allí encontró a  Aldana como esperaba. Las dos se fundieron en un gran abrazo.
-¡Lo has conseguido!
- Bueno realmente lo conseguí hace un mes, pero decidí que debía controlar mis poderes todo lo que pudiese.
- Ya veo. Por cierto, bonitas alas.
-A, sí - Ignis hizo un pequeño gesto con la mano derecha y las alas desaparecieron-.
-Que control -Aldana sonrió-.
Ignis rió timidamente.
-¿Por cierto dónde esta Caeli?
-Ha ido ha hacer unas cosas, vendrá dentro de un rato.
Ignis se dirigió hacia la pequeña casita del palacio y decidió darse una ducha.  Cuando terminó se puso uno de los bonitos vestidos que había en el armario de su habitación y salió al salón.
Allí estaba Caeli. La abrazó con fuerza.
-¡Por fin has regresado!
-¡Sí!
- Estarás cansada ¿verdad?, prepararé algo rico para comer, tú siéntate.
Ignis se sentó, cuando Caeli terminó de cocinar llevó la comida al salón donde se encontraba Ignis.
Había preparado unos pastelitos de alga dulce y como no, néctar de odix.
Aldana se unió a la comida. Las tres estuvieron hablando durante horas con Ignis sobre su experiencia en la playa y la dijeron que ellas también tenían algo que comentarla.



jueves, 2 de febrero de 2012

11. Sola.

( Para Lau (http://dentrodetihaymas.blogspot.com/))
Ignis salió de su habitación y se encontró a Aldana en el salón, estaba desayunando.
-Siéntate.
Ignis se sentó.
En la mesa había una bandeja llena de unos pequeños trozos de bizcocho que tenían pedacitos de fresa en su interior. También había una gran jarra de cristal que contenía un líquido de color rojizo, parecía zumo.
En el lado de la mesa en el que ella se encontraba había un tazón de madera que estaba lleno de leche.
-¿Todo esto es para las dos?
-Sí.
-¿Pero no crees que es demasiado?
La verdad es que en la mesa había mucha comida.
-No.
Ignis no insistió más y comenzó a comer. Se tomó el tazón de leche y a continuación fue comiendo lo trozos de bizcocho mientras daba pequeños sorbitos al vaso de zumo que se había servido. El zumo estaba muy rico, tenía un intenso sabor a frutos del bosque. El que más se apreciaba era el sabor a mora.
Cuando terminaron de desayunar salieron del palacio y se dirigieron a la parte trasera. Allí se encontraban los establos. Estaban divididos en varias partes, fueron caminando hasta llegar a dos cuadras que se encontraban una frente a la otra. En ellas había dos hermosos corceles negros.
-¿Sabes montar a caballo?
-Más o menos.
-Pues saca ese caballo de la cuadra. No tardes mucho, nos espera un largo camino.
Salieron de las caballerizas y montaron en sus respectivos corceles.
Tras más de dos horas tomando liosas direcciones llegaron a la costa de la región del fuego.
Tenía dos grandes playas en forma de “v” unidas por una pequeña elevación que formaba un acantilado.
-Debes saber que tu poder se desarrollará mejor en las zonas que tengan una relación con el fuego. Como los desiertos. En esta región no hay desiertos pero en la del fuego sí. Por eso te he traído a la playa que es como un pequeño desierto pero con el mar al lado- Aldana sonrió-.
-Entonces aquí tu poder se debilita.
- Sí, pero la que va a practicar eres tú.
-Quiero que concentres toda tu energía y hagas que crezca una flor aquí mismo – Aldana señaló con el dedo a un lugar en aquel inmenso cúmulo de arena blanquecina.
- ¿Y cómo pretendes que haga eso?
- Concéntrate, deja la mente en blanco y busca la energía que hay en ti.
Ignis así lo hizo, se concentró, pero por mucho que lo intentaba, no consiguió nada.
Ya habían pasado varias horas e Ignis se estaba impacientando, no lograba hacer que naciese una flor. No tenía que ser tan complicado, Aldana hacia cosas mas difíciles sin ni siquiera tener que pestañear.
-No te preocupes esto no es una cosa que se aprenda de la noche a la mañana.
Ya era de noche, Ignis seguía sin conseguir nada, entonces Aldana dijo:
-Observa un momento.
Cerró los ojos y ante ellas apareció una cabaña de madera.
-Esto te llevara tu tiempo, yo no te puedo ayudar a que aprendas a recoger tu energía interior, es una cosa que debes hacer tu sola, por lo cual te quedarás aquí el tiempo que necesites hasta que lo consigas. Y cuando lo hagas sabrás la manera de volver al palacio de Gea.
Caeli y yo, seguiremos la lucha contra los oscuros mientras tanto.
Aldana desapareció de pronto. Se llevó también  a los caballos.

-Estoy sola.