domingo, 11 de marzo de 2012

15. Trampas.



Ignis y Caeli regresaron al palacio de Gea. Se encontraron a Aldana en el salón de “la pequeña casa”. Comenzaron a hablar sobre lo que había ocurrido en su visita a Ládane, preguntaron a Ignis que es lo que la había contado, ella decidió no decir nada acerca de lo que la ninfa había comentado de Aldana y de Caeli. Ignis las dijo las intenciones de los oscuros, en ese momento Caeli y Aldana comenzaron a reír a carcajadas.
-¿Qué pasa?
- Inocente. Esa Ládane no se lo esperaba, se cree muy lista pero ha caído en nuestra trampa.
-¿Qué trampa? ¿De qué habláis?
- Llevábamos intentándolo bastante tiempo pero siempre se daba cuenta, solo necesitábamos una mente inocente para conseguir engañarla.
Te contamos una pequeña mentira, no vamos a atacar la región del agua, sólo lo dijimos para no salir perjudicadas y luego tener que cambiar de planes.
-Bueno ahora que ya sabes todo, me marcharé - dijo Aldana-. Tenemos que proteger la costa, no podemos permitir que se abra una grieta en la seguridad de esta región que es la única en la que nos podemos refugiar de la falta de magia que ahora está invadiendo Gaheim. Vosotras iréis al amanecer cuando estéis descansadas, me marcharé con parte del ejercito de defensa y mañana vosotras os llevareis a la otra parte.

Aldana fue a su cuarto, se puso una especie de armadura de bronce con símbolos tribales grabados que solo cubría su tronco, llevaba unos pantalones negros y ajustado a los que no se les veía el final ya que se escondían bajo unas botas que cubrían solo la mitad de los gemelos.
Ignis se dio cuenta de que el aspecto físico de Aldana había cambiado, realmente las tres habían cambiado desde que ella se había marchado a la costa.
El pelo de Aldana se había aclarado y estaba cogiendo un tono anaranjado, también era mas largo y estaba sujeto por una trenza que solo recogía el cabello que caía por la frente. Sus ojos tenían mas odio en el interior, Ignis imaginó que seria por no haber podido vengar ni a su familia, ni a su pueblo.
Caeli tenia el pelo mas corto, lo seguía llevando en una coleta pero en vez de llegarla hasta las rodillas terminaba en su cadera. Se había hecho mas alta y sus rasgos redonditos y aniñados se habían estilizado.
Ignis también estaba diferente, había crecido, su pelo era cada vez más oscuro, sus ojos se habían aclarado y ahora tenían un tono dorado, su piel era mucho mas pálida y sus labios se habían vuelto prácticamente rojos.
-¿Caeli nos noto diferentes, eso es normal?
-Claro, cuanto más tiempo estés en Gaheim más magia acumulara tu ser, esta magia hará que tu yo interior aflore y tu personalidad se verá reflejada en tu aspecto, puede adoptar dos formas iguales pero con una personalidad completamente diferente, no todos los morenos o todos los rubios tienen que tener un rasgo personal similar para parecerse.
- Dejémonos de tonterías, me marcho, los oscuros no esperaran a que acabéis vuestra bonita e interesante conversación para atacar, así que descansad y mañana cuando estéis en la costa, luchareis.
Adiós.

Aldana salió de “la pequeña casa”. Ignis se asomó a la ventana de su cuarto y vio a Aldana a lomos de un unicornio bastante extraño, no era completamente blanco, su crin y su cola eran negras y onduladas y su cuerno parecía estar hecho de plata, al igual que sus cascos. Aldana arreó al corcel y este salió corriendo. Lo último que  Ignis vio fue como su imagen se difuminaba tras el horizonte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario