-¡Que bonito día!
Ignis había salido a pasear por el jardín del palacio, hacía un buen día, cielo azul, buena temperatura...
-Ignis ven, por favor.
-Si Aldana, dime.
-Preparate, nos vamos.
-¿A dónde?
-A un sitio que te va a gustar - Aldana sonrió-.
Ignis entró en"la pequeña casa", recogió una pequeña bolsa de cuero y guardó en ella unos panecillos dulces, se la cargó a las espalda y dijo:
-Ya estoy lista.
-¿Piensas ir con esa ropa?- dijo Caeli que acababa de llegar-.
-Si, ¿qué hay de malo en ella?
Ignis llevaba un largo vestido de algodon. Con el tiempo que había pasado en Gaheim se había acostumbrado a vestir como las gentes de aquel lugar.
-Cambiate y ponte ropa cómoda.
-Vale...
Entró en su cuarto, después de cambiarse volvió a coger la bolsa con los panecillos y salió al salón.
-Asi esta mejor- dijo Aldana-.
Ignis se había puesto unas botas altas de cuero una camisola negra y unos pantalones cortos tambien negros.
-Vámonos pues.
En la salida del palacio les esperaba Neyén.
Les llevó hasta un lugar de la región del bosque en el que Ignis nunca había estado.
-¿Cómo se llama este lugar?
-Estamos cerca del templo de Gaia, el principal lugar de culto de toda la región del bosque.
-Aquí vive ella.
-¿Ella?
-La dama Laufey. La mejor guerrera de toda la región de la tierra. En la última batalla, la de la playa, no te la pudimos presentar debido a que no había mucho tiempo, nos estaban atacando y como supongo recordarás, las cosas no acabaron muy bien.
- ¿Y qué es lo que vamos ha hacer aquí?
-Vamos a buscarte un arma. A parte de luchar , Laufey es una gran herrera, ella ha creado la mayor parte de las armas de los reyes de Gaheim.
-Hoy visitaremos su armería- dijo Caeli- y puede que nos de tiempo a enseñarte el templo.
Cuando aterrizaron en una extensa llanura cubierta de verde Ignis pudo distinguir dos cosas: la primera fue una pequeña y humilde cabaña de madera que se encontraba a unos pocos metros de su posición, la otra era una gran edificación que se divisaba en la distancia, Ignis imaginó que sería el templo de Gaia.
Entraron en la cabaña sin ni siquiera llamar a su puerta, en una de las habitaciones de aquel humilde lugar estaba ella, la dama Laufey. Era bastante alta y fuerte, sus rasgos exóticos le daban un toque enigmático a su rostro y su corto cabello oscuro endurecía sus facciones.
-Buenos días,¿tú eres Ignis verdad?.
-Sí.
-Encantada -la sonrisa de la dama Laufey era hermosa y tranquilizadora-.
-Dejémonos de presentaciones- dijo Aldana, interrumpiendo las conversación como de costumbre-.Necesitamos que la encuentres un arma perfecta.
- Por lo que vi en la batalla de la playa vuelas. Eso reducirá un poco la variedad de armas, nos viene bien. Acompañadme.
Laufey desplazó hacia un lado la gran mesa redonda de madera que había en la sala, a Ignis le recordaba a los muebles de la "pequeña casa", debajo había una trampilla. Laufey la levantó y todas bajaron por las pequeñas escaleras que conectaban la cabaña con la parte de abajo.
Cuando todas llegaron e la parte de abajo se encontraron con un pasadizo oscuro y estrecho.Avanzaron por el con la única luz de una antorcha y llegaron a una pequeña puerta metálica. La cruzaron y entraron en una gran sala con muchas puertas similares a las que ellas habían cruzado. En la zona más alta se sostenían unos salientes de los que venían unos ruidos extraños.
-Podéis salir, no os harán daño.
De los salientes comenzaron a salir grandes aves de plumaje dorado.
-Son mis niños- dijo Laufey-. Ellos me ayudan y yo les doy refugio
- ¿A dónde lleva cada una de esas puertas?.
- Todo es una gran armería pero esta bien organizada. Cada puerta lleva a una sala en la que se guardan un tipo concreto de armas.
Beyond life and death
domingo, 1 de julio de 2012
miércoles, 2 de mayo de 2012
20. La biblioteca de las ánimas.
(Para mi pequeña Evangeline, tan enfrascada en la fantasía de sus libros que muchas veces no se da cuenta de lo cruda que es la realidad)
Después de recorrer eternos corredores llegaron a la biblioteca.
- Bienvenida a la biblioteca del palacio de Gea o como más se la conoce, la biblioteca de las ánimas.
Accedieron a la sala, Ignis quedó maravillada, la saltaron las lágrimas, cientos de estanterías ocupadas completamente por libros se encontraban en aquel lugar, tanta emoción le causó que no reparó en lo que le daba nombre a aquel magnífico lugar, las ánimas. Cientos de fantasmas la rodeaban y observaban con curiosidad.
Cuando Ignis se fijó, casi le da un infarto.
- ¡¡¡¡¡¡¡Aaaahhhhhh!!!!!!!
- No te asustes - le dijo una voz más bien parcida a un susurro-.
-No te harmos daño- dijo otra-.
No te preocupes Ignis, no te harán daño, al contrario que las ánimas oscuras que se encuentran invadidas de ira, estas ánimas tienen un aura benévolo y sólo ayudan, por eso están aquí, ellas encuentran los libros que necesitas en esta enorme biblioteca de manera que no pases largas horas buscándolos.
-¿Qué libro o información queréis?- dijo una de las ánimas-.
Ese fantasma era una muchacha de no más de quince años de cabellos largos y rizados. Ignis quedó sorprendida por la temprana edad que presentaba aquel fantasma. Caeli se dio cuenta de su observación y dijo:
- No te dejes engañar por las apariencias, cuando un ser muere pero queda vagando por el reino de los vivos adopta la forma que él desea.
- Eso es cierto- dijo el ánima- , me llamo Evangeline y os voy a ayudar en todo lo que necesitéis.
-Gracias, estamos buscando información sobre el símbolo y todo lo relacionado con Corban.
- Interesante... Esperar un momento.
Evangeline salió volando y se perdió entre las estanterías, al cabo de cinco minutos regresó con una pila de libros en el brazo.
- Es una buena elección, yo diría que de las mejores, durante el tiempo que llevo aquí, que es mucho, he leído bastante sobre la historia antigua de Gaheim, se mucho sobre los tiempos en los que Corban servía a la región del fuego, también sobre su procedencia.
- Evangeline- dijo Ignis- te importaría quedarte con nosotras, para averiguar todo lo que necesitamos acerca de este símbolo- Ignis le enseñó la marca que tenía en el pecho-.
Los ojos de Evangelin se iluminaron.
-Por supuesto que no, de hecho será un placer.
Comenzaron abriendo el primer libro que había en la torre que Evangeline había llevado.
Era un libro más bien pequeño y no encontraron mucha información acerca de lo que buscaban, sólo hablaba sobre algunos de los servicios que Corban realizó en sus años de vida al rey de la región del fuego, que en ese momento era Asgar I, el tatarabuelo de Ignis.
Siguieron mirando varios libros más pero ninguno daba información lo suficientemente concisa sobre lo que ellas necesitaban como para que les pudiera servir. Al fin, después de largas horas mirando libros encontraron lo que buscaban, era uno de los últimos libros de la torre que Evangeline las había llevado, su tapa estaba echa de cuero y tenía una gema verde practicamente igual a la del colgante de Corban.
-Es extraño, juraría que la gema era gris- dijo Evangeline-.
-Es que es lo más probable -dijo Ignis, mostrandole el colgante que llevaba en el cuello-.
Evangeline quedó maravillada al ver el colgante en el que no había reparado antes , fijandose únicamente en la marca que Ignis tenía en el pecho.
-! Es el colgante de Corban! ¿Cómo lo habéis recuperado? Tenía entendido que se perdió cuando los oscuros conquistaron la región de fuego.
- Aldana lo recuperó, esta noche noté que algo quemaba mi pecho, la piedrecita del colgante ya no era gris, y este símbolo apareció en mi pecho.
-Corban ha de renacer... - las palabras del ánima fueron casi inaudibles-.
Evangeline cogió rápidamente el libro con la tapa de cuero y empezó a pasar las páginas velozmente.
-Este libro no es un libro cualquiera, se va escribiendo sólo según suceden lo hechos, o van a suceder, por eso es tan grueso, cuenta la historia de Corban desde el principio de su existencia, lo que significa que si algo nuevo se ha vuelto a escribir, Corban no ha muerto como todos creíamos y la marca de tu pecho y el color de la gema del colgante cobrarán sentido.
-Eso es lo que supusimos cuando vimos la marca y la gema, pero lo que no entendemos es lo que quiere decir el hecho de que esa marca se haya grabado en ella -Aldana señaló a Ignis-.
Evangeline seguía pasando las páginas mientras las leía por encima a gran velocidad, por fin encontró lo que buscaba.
-Como yo decía , el libro ha vuelto a escribirse. Hace tiempo cuando lo estaba releyendo, antes de la invasión de los oscuros leí algo sobre el regreso de Corban, no le dí mucha importancia, la verdad es que no debí de haberlo hecho. Aquí pone que Corban ya ha renacido, la muchacha del fuego lo lleva en su alma, y muy pronto saldrá de ella para cumplir su cometido y regresar al lugar al que verdaderamente pertenece.
Supongo que de ahí viene el que la marca esté grabada justo encima de tu corazón.
- Eso significa que... Corban nos va a ayudar a recuperar Gaheim, y con el tenemos muchas más posibilidades.
-Eso es fantástico.
-Ya lo creo -dijo Ignis para sí-, ya lo creo.
Después de recorrer eternos corredores llegaron a la biblioteca.
- Bienvenida a la biblioteca del palacio de Gea o como más se la conoce, la biblioteca de las ánimas.
Accedieron a la sala, Ignis quedó maravillada, la saltaron las lágrimas, cientos de estanterías ocupadas completamente por libros se encontraban en aquel lugar, tanta emoción le causó que no reparó en lo que le daba nombre a aquel magnífico lugar, las ánimas. Cientos de fantasmas la rodeaban y observaban con curiosidad.
Cuando Ignis se fijó, casi le da un infarto.
- ¡¡¡¡¡¡¡Aaaahhhhhh!!!!!!!
- No te asustes - le dijo una voz más bien parcida a un susurro-.
-No te harmos daño- dijo otra-.
No te preocupes Ignis, no te harán daño, al contrario que las ánimas oscuras que se encuentran invadidas de ira, estas ánimas tienen un aura benévolo y sólo ayudan, por eso están aquí, ellas encuentran los libros que necesitas en esta enorme biblioteca de manera que no pases largas horas buscándolos.
-¿Qué libro o información queréis?- dijo una de las ánimas-.
Ese fantasma era una muchacha de no más de quince años de cabellos largos y rizados. Ignis quedó sorprendida por la temprana edad que presentaba aquel fantasma. Caeli se dio cuenta de su observación y dijo:
- No te dejes engañar por las apariencias, cuando un ser muere pero queda vagando por el reino de los vivos adopta la forma que él desea.
- Eso es cierto- dijo el ánima- , me llamo Evangeline y os voy a ayudar en todo lo que necesitéis.
-Gracias, estamos buscando información sobre el símbolo y todo lo relacionado con Corban.
- Interesante... Esperar un momento.
Evangeline salió volando y se perdió entre las estanterías, al cabo de cinco minutos regresó con una pila de libros en el brazo.
- Es una buena elección, yo diría que de las mejores, durante el tiempo que llevo aquí, que es mucho, he leído bastante sobre la historia antigua de Gaheim, se mucho sobre los tiempos en los que Corban servía a la región del fuego, también sobre su procedencia.
- Evangeline- dijo Ignis- te importaría quedarte con nosotras, para averiguar todo lo que necesitamos acerca de este símbolo- Ignis le enseñó la marca que tenía en el pecho-.
Los ojos de Evangelin se iluminaron.
-Por supuesto que no, de hecho será un placer.
Comenzaron abriendo el primer libro que había en la torre que Evangeline había llevado.
Era un libro más bien pequeño y no encontraron mucha información acerca de lo que buscaban, sólo hablaba sobre algunos de los servicios que Corban realizó en sus años de vida al rey de la región del fuego, que en ese momento era Asgar I, el tatarabuelo de Ignis.
Siguieron mirando varios libros más pero ninguno daba información lo suficientemente concisa sobre lo que ellas necesitaban como para que les pudiera servir. Al fin, después de largas horas mirando libros encontraron lo que buscaban, era uno de los últimos libros de la torre que Evangeline las había llevado, su tapa estaba echa de cuero y tenía una gema verde practicamente igual a la del colgante de Corban.
-Es extraño, juraría que la gema era gris- dijo Evangeline-.
-Es que es lo más probable -dijo Ignis, mostrandole el colgante que llevaba en el cuello-.
Evangeline quedó maravillada al ver el colgante en el que no había reparado antes , fijandose únicamente en la marca que Ignis tenía en el pecho.
-! Es el colgante de Corban! ¿Cómo lo habéis recuperado? Tenía entendido que se perdió cuando los oscuros conquistaron la región de fuego.
- Aldana lo recuperó, esta noche noté que algo quemaba mi pecho, la piedrecita del colgante ya no era gris, y este símbolo apareció en mi pecho.
-Corban ha de renacer... - las palabras del ánima fueron casi inaudibles-.
Evangeline cogió rápidamente el libro con la tapa de cuero y empezó a pasar las páginas velozmente.
-Este libro no es un libro cualquiera, se va escribiendo sólo según suceden lo hechos, o van a suceder, por eso es tan grueso, cuenta la historia de Corban desde el principio de su existencia, lo que significa que si algo nuevo se ha vuelto a escribir, Corban no ha muerto como todos creíamos y la marca de tu pecho y el color de la gema del colgante cobrarán sentido.
-Eso es lo que supusimos cuando vimos la marca y la gema, pero lo que no entendemos es lo que quiere decir el hecho de que esa marca se haya grabado en ella -Aldana señaló a Ignis-.
Evangeline seguía pasando las páginas mientras las leía por encima a gran velocidad, por fin encontró lo que buscaba.
-Como yo decía , el libro ha vuelto a escribirse. Hace tiempo cuando lo estaba releyendo, antes de la invasión de los oscuros leí algo sobre el regreso de Corban, no le dí mucha importancia, la verdad es que no debí de haberlo hecho. Aquí pone que Corban ya ha renacido, la muchacha del fuego lo lleva en su alma, y muy pronto saldrá de ella para cumplir su cometido y regresar al lugar al que verdaderamente pertenece.
Supongo que de ahí viene el que la marca esté grabada justo encima de tu corazón.
- Eso significa que... Corban nos va a ayudar a recuperar Gaheim, y con el tenemos muchas más posibilidades.
-Eso es fantástico.
-Ya lo creo -dijo Ignis para sí-, ya lo creo.
sábado, 28 de abril de 2012
19. La marca.
-¡Aaahhhhh!
Aldana y Caeli se levantaron de la cama y fueron corriendo a la habitación de Ignis .
- ¿Qué sucede?
Ignis estaba incorporada en la cama jadeando, una mueca de dolor se apreciaba en su cara.
-¡¿Qué pasa Ignis?!
-Estaba teniendo un sueño. Iba caminando por el bosque de Ésus, me encontraba en un hermoso lugar dentro del bosque, era un claro , lleno de flores de color dorado, nunca las había visto, que se mezclaban con el verde de la hierba creando una paisaje maravilloso, cerca del claro había una pequeña cascada con el agua cristalina que reflejaba como un espejo todo lo que estaba delante de ella, me acerqué a la cascada para contemplar mi reflejo y vi justo detrás de mí a un gran dragón de color dorado, sus ojos eran como los de un reptil y adoptaban un tono aguamarina, su cuerpo era diferente al de Neyén, era más fuerte e imponente, tenía unas enormes garras, pero a pesar de la ferocidad que transmitía no dejaba de ser hermoso, oí algo en mi cabeza, como un susurro pero no pude captar lo que decía, y me dí la vuelta, volví a oír un susurro en la cabeza pero esta vez lo pude comprender porque lo escuché lo suficientemente alto, dijo:
-Me llamo Co...
En ese momento note un fuerte dolor en mi pecho, como si algo me estuviese quemando, lo malo es que ya no estaba en el sueño.
Aldana pudo ver como Ignis tenía tapado con la mano, una parte del pecho, justo en el corazón.
-Quita la mano.
-Me duele, mucho, ni siquiera he mirado lo que es.
-Quita la mano.
Ignis levantó la mano despacio, en ese momento no se fijo en la marca que tenía Ignis en el pecho, sino en el cambio de color que había sufrido la bolita del colgante.
-Corban - susurró Caeli al ver lo que su amiga estaba mirando-.
-¿Qué pasa con Corban?
Nadie respondió.
Caeli observó la marca con detenimiento.
-Es el símbolo, su símbolo, no me cabe duda.
-Ignis tu lo has despertado, ¿cómo lo has hecho?
- Yo no he hecho nada.
-Descansa mañana iremos a consultar libros a la biblioteca del palacio.
-¿Aquí hay biblioteca?
-Claro es un palacio, ¿qué te esperabas?
Aldana y Caeli se levantaron de la cama y fueron corriendo a la habitación de Ignis .
- ¿Qué sucede?
Ignis estaba incorporada en la cama jadeando, una mueca de dolor se apreciaba en su cara.
-¡¿Qué pasa Ignis?!
-Estaba teniendo un sueño. Iba caminando por el bosque de Ésus, me encontraba en un hermoso lugar dentro del bosque, era un claro , lleno de flores de color dorado, nunca las había visto, que se mezclaban con el verde de la hierba creando una paisaje maravilloso, cerca del claro había una pequeña cascada con el agua cristalina que reflejaba como un espejo todo lo que estaba delante de ella, me acerqué a la cascada para contemplar mi reflejo y vi justo detrás de mí a un gran dragón de color dorado, sus ojos eran como los de un reptil y adoptaban un tono aguamarina, su cuerpo era diferente al de Neyén, era más fuerte e imponente, tenía unas enormes garras, pero a pesar de la ferocidad que transmitía no dejaba de ser hermoso, oí algo en mi cabeza, como un susurro pero no pude captar lo que decía, y me dí la vuelta, volví a oír un susurro en la cabeza pero esta vez lo pude comprender porque lo escuché lo suficientemente alto, dijo:
-Me llamo Co...
En ese momento note un fuerte dolor en mi pecho, como si algo me estuviese quemando, lo malo es que ya no estaba en el sueño.
Aldana pudo ver como Ignis tenía tapado con la mano, una parte del pecho, justo en el corazón.
-Quita la mano.
-Me duele, mucho, ni siquiera he mirado lo que es.
-Quita la mano.
Ignis levantó la mano despacio, en ese momento no se fijo en la marca que tenía Ignis en el pecho, sino en el cambio de color que había sufrido la bolita del colgante.
-Corban - susurró Caeli al ver lo que su amiga estaba mirando-.
-¿Qué pasa con Corban?
Nadie respondió.
Caeli observó la marca con detenimiento.
-Es el símbolo, su símbolo, no me cabe duda.
-Ignis tu lo has despertado, ¿cómo lo has hecho?
- Yo no he hecho nada.
-Descansa mañana iremos a consultar libros a la biblioteca del palacio.
-¿Aquí hay biblioteca?
-Claro es un palacio, ¿qué te esperabas?
lunes, 9 de abril de 2012
18.El colgante de Corban.
(Este capítulo se lo quiero dedicar a la que va a ser uno de los personajes más importantes de mi historia, Corban)
Al día siguiente Ignis volvió a despertarse. Sentía que su cuerpo
estaba lleno de energía para afrontar el día, las heridas todavía se estaban
curando pero ya casi no sentía el dolor que estas la producían. Salió de su
cuarto y se dirigió a la cocina , estaba hambrienta y comenzó
a devorar todo lo que encontraba encima de los muebles de la estancia.
De pronto vio como Caeli la miraba asombrada al ver la velocidad que
había cogido a la hora de engullir la comida.
-Buenos días Caeli -dijo Ignis con la boca llena-.
-Buenos días -Caeli no pudo evitar que en su rostro se dibujase
una gran sonrisa al ver la escena y comenzó a reír-.
-¿Qué pasa?
-Pareces una salvaje comiendo.
-Tengo mucha hambre.
-Deja de engullir, tengo que darte algo.
Ignis paró el ritmo pero no dejó de comer,
se sentó junto a Caeli y observó como la chica sacaba de su bolsillo
un pequeño colgante de un dragón sosteniendo una bolita de cristal de
color grisáceo con la cola.
-Esto te pertenece, es lo que hemos podido salvar por el momento,
siempre ha sido de todos los reyes de la región del fuego y ahora es tuyo.
-Es precioso, gracias Caeli.
- No me tienes que dar a mí las gracias sino a Aldana, ella es
quien lo recuperó. Ignis, no es un colgante cualquiera, es muy valioso y he de
contarte una historia relacionada con él.
En la región del fuego había un palacio, ahora sólo hay ruinas, y
no me refiero al de los reyes, ese todavía se mantiene en pie, era el palacio
de Corban el dragón mas poderoso de todo Gaheim, era valeroso, fuerte, siempre
estaba dispuesto a ayudar a los que lo necesitaban y fue un leal siervo de los
reyes de la región del fuego.
-Yo creía que los dragones procedían de la región del aire.
-No todos, en la región del fuego también hay, pero son
distintos, suelen ser más grandes, sus escamas siempre tienen tonalidades
oscuras , los dragones de la región del aire son más ágiles y
veloces, en las batallas siempre han preferido ir por el aire al contrario que
los de la región del fuego.
Pero eso no es lo importante, como ya te he dicho era un fiel
aliado de la región del fuego. Esto ocurrió mucho antes de que yo y
Aldana naciéramos. Un día aparecieron tres horribles brujas que intentaron
destruir Gaheim, ahora lo están consiguiendo, él las intentó vencer y
lo consiguió encerrándolas en un lugar donde no existía nada, un
inmenso vacío, pero esas brujas también le afectaron a él, lo metieron
en el colgante para que no pudiera volver a salir, lo malo es que
esas brujas han escapado, están del lado de los oscuros y han
convirtieron a muchos seres en sumisos. La leyenda dice que mientras
la bola de cristal fuese del color verdoso el corazón del dragón y
su espíritu seguirían vivos.
-Pero el cristal es gris.
-Ese es el problema, hace muchos años que esta así, nadie ha
podido explicar la causa ya que los dragones viven muchos siglos. De todas
maneras te pertenece.
-Gracias Caeli, significa mucho para mí.
Caeli deposito el colgante sobre la mesa que se encontraba a su
lado y se marchó de la cocina.
Ignis se quedó observando el colgante un buen rato,
admirando su belleza y lamentándose por la pérdida un ser tan
magnífico.
Se lo colocó en el cuello y decidió pasar el día leyendo algunas
de las novelas que había llevado consigo a Gaheim.
Esa noche mientras Ignis estaba inmersa en un profundo sueño, el
cristal del colgante se volvió del color de las hojas de los árboles en
primavera.
viernes, 23 de marzo de 2012
17. Al despertar.
-¡Ignis!¡Ignis!
La muchacha solo lograba ver sombras, había notado como su cuerpo se desplomaba en el suelo pero no había sentido dolor alguno, de repente esas sombras se volvieron simplemente negro.
-Ha intentado luchar hasta el final y lo ha conseguido pero su cuerpo no ha aguantado más. Esas malditas dagas,tenía que haberla protegido mejor, no debiamos haberla dejado venir, era nuestra única salvación.
-¡Somos unas inconscientes!
-¡Ignis, por favor aguanta!
Aldana y Caeli no paraban de intentar ayudar a su amiga pero ya no habia mucho que hacer, solamente curar sus heridas y esperar.
La llevaron a el palacio de Gea y allí eliminaron de su piel la sangre y el barro, curaron las quemaduras y las heridas y dejaron su cuerpo como si nunca nada hubiese sucedido, pero solo aparentemente.
Ignis logró abrir los ojos días después,y provocó gran revuelo entre los habitantes de la región de la tierra, todos pensaban que no se lograría recuperar.
-¡Por fin, Ignis!
Caeli zarandeaba a la chica sin parar.
-Caeli estoy mareada y tengo todo el cuerpo dolorido.¿Qué ha pasado?
-Luchaste hasta el final pero... esas malditas dagas te debilitaron mucho, y casi consiguen acabar con tu vida.
Fue extraño, te quedaste mirando fijamente al horizonte mientras esos malditos abandonaban la playa, luego caiste al suelo.
Ignis lo recordó, no miraba al horizonte exactamente, sino a aquel inquietante joven de ojos verdes que tambien la observaba desde uno de los barcos.
-Ese Eis casi acaba contigo, deberias ser mas precavida. En la proxima batalla, tu no irás.
-¡¿Por qué?!
-No estas listas, no debimos permitirte ir.
-Pero..
-No digas nada, descansa y cuando te recuperes hablaremos.
Ignis se acomodó en la cama y se quedó profundamente dormida.
La muchacha solo lograba ver sombras, había notado como su cuerpo se desplomaba en el suelo pero no había sentido dolor alguno, de repente esas sombras se volvieron simplemente negro.
-Ha intentado luchar hasta el final y lo ha conseguido pero su cuerpo no ha aguantado más. Esas malditas dagas,tenía que haberla protegido mejor, no debiamos haberla dejado venir, era nuestra única salvación.
-¡Somos unas inconscientes!
-¡Ignis, por favor aguanta!
Aldana y Caeli no paraban de intentar ayudar a su amiga pero ya no habia mucho que hacer, solamente curar sus heridas y esperar.
La llevaron a el palacio de Gea y allí eliminaron de su piel la sangre y el barro, curaron las quemaduras y las heridas y dejaron su cuerpo como si nunca nada hubiese sucedido, pero solo aparentemente.
Ignis logró abrir los ojos días después,y provocó gran revuelo entre los habitantes de la región de la tierra, todos pensaban que no se lograría recuperar.
-¡Por fin, Ignis!
Caeli zarandeaba a la chica sin parar.
-Caeli estoy mareada y tengo todo el cuerpo dolorido.¿Qué ha pasado?
-Luchaste hasta el final pero... esas malditas dagas te debilitaron mucho, y casi consiguen acabar con tu vida.
Fue extraño, te quedaste mirando fijamente al horizonte mientras esos malditos abandonaban la playa, luego caiste al suelo.
Ignis lo recordó, no miraba al horizonte exactamente, sino a aquel inquietante joven de ojos verdes que tambien la observaba desde uno de los barcos.
-Ese Eis casi acaba contigo, deberias ser mas precavida. En la proxima batalla, tu no irás.
-¡¿Por qué?!
-No estas listas, no debimos permitirte ir.
-Pero..
-No digas nada, descansa y cuando te recuperes hablaremos.
Ignis se acomodó en la cama y se quedó profundamente dormida.
domingo, 11 de marzo de 2012
16.Eis.
Ignis y Caeli se levantaron de la cama. Desayunaron y fueron
a cambiarse la ropa. Todavía no había amanecido.
Ignis se puso un corset de cuero de color marrón que tenía
placas metálicas con grabaciones en forma de dragón, unos pantalones cortos del
mismo tono que el corset y unas botas con telas trenzadas que la cubrían las
piernas hasta las rodillas.
Caeli se puso una armadura similar a la que Aldana llevaba
el día anterior, pero era de plata y en la zona del pecho tenía grabadas dos
enormes alas, parecían de un cisne. Llevaba unas mallas negras ajustadas que le
cubrían solo la mitad del muslo y unas botas también de color negro. Sustituyó
su habitual coleta por una trenza que la caía por el hombro derecho.
Cuando terminaron el sol ya asomaba sus brillantes rayos en
el horizonte, salieron del palacio. En la entrada había un pequeño ejército, compuesto
por diferentes seres, el resto había marchado con Aldana la noche anterior. Ignis
se fijó que entre esos seres también había humanos, pero tenían la piel muy
oscura, Caeli le explicó que procedían del desierto de Yue, que se encontraba
en la región del fuego.
Cuando Ignis pasó al lado de los moradores de Yue, para
montar a Neyén como Caeli le había dicho, estos hicieron una reverencia, ella
se sorprendió.
-Los dragones nos llevarán a la costa.
Todos subieron a un dragón, incluidas Caeli e Ignis, que
montaron en Neyén.
Cuando llegaron vieron un no muy agradable paisaje. Había
bastantes heridos, y la playa que había sido el hogar de Ignis durante unos
meses ahora más bien parecía un agujero lleno de cenizas y muerte.
Entonces, Aldana apareció.
-Son muy fuertes, de momento hemos aguantado los ataques,
menos mal que habéis llegado, no has enviado trasgos, esos malditos bichejos no
han parado de atacar. Ahora estamos en una especie de tregua, hasta que vuelvan
a enviarnos más bichos de esos.
Ignis ayudó a curar a los heridos, Caeli y Aldana hicieron
lo mismo.
Cuando más calmado parecía estar el lugar fue cuando los
oscuros volvieron a atacar.
-¡Preparaos! ¡Nos atacan! - grito Aldana-, ahora que sabes
utilizar la magia demuéstrales a esos malnacidos de lo que estamos hechos.
Aldana montó en Wirak, Caeli hizo lo mismo con Neyén.
-¡Saca esas bonitas alas de fuego grito!- Caeli desde las
alturas-.
Ignis así lo hizo, sus hermosas y grandes alas surgieron de
su espalda. Levantó el vuelo y se dirigió hacia la zona donde más seres se
agrupaban.
Vio como a lo lejos cientos de barcos con formas bastante
singulares se dirigían hacia la playa.
De ellos comenzaron a salir unos seres amorfos de color
negruzco, que se tiraban al agua evaporizándola y avanzando en medio de una nube de vapor. Cuando llegaban a
la playa calcinaban todo lo que tocaban.
-¡Son GESGANCHS!
-¿Gesganchs?-preguntó Ignis-.
-Son de tu región viven escondidos en las arenas que rodean
los 12 volcanes de Cronos, son seres incandescentes que arrasan y calcinan todo
lo que encuentran a su paso.
Solo los seres de tu región y los de la región del agua pueden
vencerlos, lo malo es que la mayoría de los habitantes de la región del agua
son ahora sumisos de los oscuros. Las sirenas, los hipocampos, las serpientes
marinas, las ondinas… todos están a su lado por culpa de esos malditos
hechizos, que les vacían la mente.
Aldana incendiaba flechas y luego las lanzaba contra los
barcos para hundirlos.
Caeli en un intento por apagar el fuego de los gesganchs,
que ya habían llegado a la playa, les disparaba corrientes de aire helado, pero
esto solo conseguía impedirles avanzar unos segundo.
Los moradores de Yue eran los únicos que conseguían deshacerse
de ellos.
De repente vieron como en medio de todo el vapor producido
por los gesganchs aparecía una figura masculina. Cuando se pudo distinguir el
rostro de aquella persona Ignis vio como en la cara de Aldana se producía una
mueca de dolor y repulsión al mismo tiempo.
Le oyó pronunciar su nombre:
-Eis.
¿Ese chico era Eis?, Ignis se lo había imaginado de otra
manera , pensó que sería más mayor, en realidad solo tendría unos diecisiete
años, también la imagen que tenía de su físico en la cabeza era diferente al
aspecto real, se lo había imaginado rudo, fuerte, con rasgos duros, muy alto, y
sí, el muchacho era alto y fuerte, pero sus rasgos más bien eran aniñados e inocentes,
era bastante atractivo, tenía el pelo negro como el carbón y los ojos en un
color verde claro que contenían rabia y odio, pero a la vez angustia,
desesperación, miedo. Esto sorprendió a Ignis, ¿Cómo un muchacho con esos rasgos
tan dulces podía ser tan peligroso, y como una mirada podía contener todos esos
sentimientos tan contradictorios?.
El chico dejó caer su extraña mirada sobre Ignis y sonrió,
con un rápido movimiento la lanzó unas
pequeñas pero letales dagas de hielo que surgieron de sus manos, Ignis
consiguió reaccionar a tiempo y derritió con una llamarada las mortíferas
dagas.
Ignis le miró fijamente, no sin un gesto de preocupación en
el rostro. Vio como pronunciaba unas palabras, e intentó leerle los labios.
-Veo que eres fuerte – entendió Ignis-.
Ignis se acerco a él para poder oírle y no tener que descifrar
en sus labios lo que decía.
-No te pienses que por ser joven soy más torpe.
-No lo pienso- él sonrió y la miró fijamente-.
Ignis se sintió intimidada, de pronto Eis atacó de nuevo con
más dagas de hielo.
Ignis reaccionó un
poco tarde y algunos de ellos se le clavaron en los brazos y en las piernas, unos
pocos incluso la rozaron el cuello. Ignis
chilló y cayó al suelo, el dolor era muy intenso.
Cuando Eis fue a rematar la tarea apareció Caeli, le propinó
una potente patada y lo lanzó con una fuerte ráfaga de viento contra la
cubierta de uno de los barcos que se encontraban todavía lejos de la playa.
-Gracias.-
Ignis no paraba de sollozar, el dolor era prácticamente insoportable.
Comenzó a sacarse las dagas de la piel y cuando terminó, no
sin mucho esfuerzo, consiguió levantarse.
-Voy a luchar.
-Pero… ¡estas herida!.
-Eso da igual, mi deber es luchar, y eso es lo que voy a
hacer, cueste lo que cueste.
De nuevo emprendió el vuelo sin que a Caeli la diera tiempo
a detenerla, lanzó varias bolas de fuego que hundieron bastantes barcos y
consiguió deshacerse de decenas de gesganchs.
Cuando el ejército de los oscuros empezó a debilitarse,
comenzaron a dar media vuelta, los gesganchs ya no atacaban, ahora huían en
dirección a una flota que estaba prácticamente derruida.
Vio como en uno de los barcos un chico alto de cabello negro
observaba la escena.
15. Trampas.
Ignis y Caeli regresaron al palacio de Gea. Se encontraron a
Aldana en el salón de “la pequeña casa”. Comenzaron a hablar sobre lo que había
ocurrido en su visita a Ládane, preguntaron a Ignis que es lo que la había
contado, ella decidió no decir nada acerca de lo que la ninfa había comentado
de Aldana y de Caeli. Ignis las dijo las intenciones de los oscuros, en ese
momento Caeli y Aldana comenzaron a reír a carcajadas.
-¿Qué pasa?
- Inocente. Esa Ládane no se lo esperaba, se cree muy lista
pero ha caído en nuestra trampa.
-¿Qué trampa? ¿De qué habláis?
- Llevábamos intentándolo bastante tiempo pero siempre se daba cuenta, solo necesitábamos una mente inocente para conseguir engañarla.
- Llevábamos intentándolo bastante tiempo pero siempre se daba cuenta, solo necesitábamos una mente inocente para conseguir engañarla.
Te contamos una pequeña mentira, no vamos a atacar la región
del agua, sólo lo dijimos para no salir perjudicadas y luego tener que cambiar
de planes.
-Bueno ahora que ya sabes todo, me marcharé - dijo Aldana-.
Tenemos que proteger la costa, no podemos permitir que se abra una grieta en la
seguridad de esta región que es la única en la que nos podemos refugiar de la
falta de magia que ahora está invadiendo Gaheim. Vosotras iréis al amanecer
cuando estéis descansadas, me marcharé con parte del ejercito de defensa y
mañana vosotras os llevareis a la otra parte.
Aldana fue a su cuarto, se puso una especie de armadura de
bronce con símbolos tribales grabados que solo cubría su tronco, llevaba unos
pantalones negros y ajustado a los que no se les veía el final ya que se escondían
bajo unas botas que cubrían solo la mitad de los gemelos.
Ignis se dio cuenta de que el aspecto físico de Aldana había
cambiado, realmente las tres habían cambiado desde que ella se había marchado a
la costa.
El pelo de Aldana se había aclarado y estaba cogiendo un
tono anaranjado, también era mas largo y estaba sujeto por una trenza que solo recogía
el cabello que caía por la frente. Sus ojos tenían mas odio en el interior,
Ignis imaginó que seria por no haber podido vengar ni a su familia, ni a su
pueblo.
Caeli tenia el pelo mas corto, lo seguía llevando en una
coleta pero en vez de llegarla hasta las rodillas terminaba en su cadera. Se
había hecho mas alta y sus rasgos redonditos y aniñados se habían estilizado.
Ignis también estaba diferente, había crecido, su pelo era
cada vez más oscuro, sus ojos se habían aclarado y ahora tenían un tono dorado,
su piel era mucho mas pálida y sus labios se habían vuelto prácticamente rojos.
-¿Caeli nos noto diferentes, eso es normal?
-Claro, cuanto más tiempo estés en Gaheim más magia
acumulara tu ser, esta magia hará que tu yo interior aflore y tu personalidad
se verá reflejada en tu aspecto, puede adoptar dos formas iguales pero con una
personalidad completamente diferente, no todos los morenos o todos los rubios
tienen que tener un rasgo personal similar para parecerse.
- Dejémonos de tonterías, me marcho, los oscuros no
esperaran a que acabéis vuestra bonita e interesante conversación para atacar, así
que descansad y mañana cuando estéis en la costa, luchareis.
Adiós.
Aldana salió de “la pequeña casa”. Ignis se asomó a la
ventana de su cuarto y vio a Aldana a lomos de un unicornio bastante extraño,
no era completamente blanco, su crin y su cola eran negras y onduladas y su
cuerno parecía estar hecho de plata, al igual que sus cascos. Aldana arreó al
corcel y este salió corriendo. Lo último que
Ignis vio fue como su imagen se difuminaba tras el horizonte.
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