domingo, 1 de julio de 2012

21.La dama Laufey.

-¡Que bonito día!
Ignis había salido a pasear por el jardín del palacio, hacía un buen día, cielo azul, buena temperatura...
-Ignis ven, por favor.
-Si Aldana, dime.
-Preparate, nos vamos.
-¿A dónde?
-A un sitio que te va a gustar - Aldana sonrió-.
Ignis entró en"la pequeña casa", recogió una pequeña bolsa de cuero y guardó en ella unos panecillos dulces, se la cargó a las espalda y dijo:
-Ya estoy lista.
-¿Piensas ir con esa ropa?- dijo Caeli que acababa de llegar-.
-Si, ¿qué hay de malo en ella?
Ignis llevaba un largo vestido de algodon. Con el tiempo que había pasado en Gaheim se había acostumbrado a vestir como las gentes de aquel lugar.
-Cambiate y ponte ropa cómoda.
-Vale...
Entró en su cuarto, después de cambiarse volvió a coger la bolsa con los panecillos y salió al salón.
-Asi esta mejor- dijo Aldana-.
Ignis se había puesto unas botas altas de cuero una camisola negra y unos pantalones cortos tambien negros.
-Vámonos pues.
En la salida del palacio les esperaba Neyén.
Les llevó hasta un lugar de la región del bosque en el que Ignis nunca había estado.
-¿Cómo se llama este lugar?
-Estamos cerca del templo de Gaia, el principal lugar de culto de toda la región del bosque.
-Aquí vive ella.
-¿Ella?
-La dama Laufey. La mejor guerrera de toda la región de la tierra. En la última batalla, la de la playa, no te la pudimos presentar debido a que no había mucho tiempo, nos estaban atacando y como supongo recordarás, las cosas no acabaron muy bien.
- ¿Y qué es lo que vamos ha hacer aquí?
-Vamos a buscarte un arma. A parte de luchar , Laufey es una gran herrera, ella ha creado la mayor parte de las armas de los reyes de Gaheim.
-Hoy visitaremos su armería- dijo Caeli- y puede que nos de tiempo a enseñarte el templo.
Cuando aterrizaron en una extensa llanura cubierta de verde Ignis pudo distinguir dos cosas: la primera fue una pequeña y humilde cabaña de madera que se encontraba a unos pocos metros de su posición, la otra era una gran edificación que se divisaba en la distancia, Ignis imaginó que sería el templo de Gaia.
Entraron en la cabaña sin ni siquiera llamar a su puerta, en una de las habitaciones de aquel humilde lugar estaba ella, la dama Laufey. Era bastante alta y fuerte, sus rasgos exóticos le daban un toque enigmático a su rostro y su corto cabello oscuro endurecía sus facciones.
-Buenos días,¿tú eres Ignis verdad?.
-Sí.
-Encantada -la sonrisa de la dama Laufey era hermosa y tranquilizadora-.
-Dejémonos de presentaciones- dijo Aldana, interrumpiendo las conversación como de costumbre-.Necesitamos que la encuentres un arma perfecta.
- Por lo que vi en la batalla de la playa vuelas. Eso reducirá un poco la variedad de armas, nos viene bien. Acompañadme.
Laufey desplazó hacia un lado la gran mesa redonda de madera que había en la sala, a Ignis le recordaba a los muebles de la "pequeña casa", debajo había una trampilla. Laufey la levantó y todas bajaron por las pequeñas escaleras que conectaban la cabaña con la parte de abajo.
Cuando todas llegaron e la parte de abajo se encontraron con un pasadizo oscuro y estrecho.Avanzaron por el con la única luz de una antorcha y llegaron a una pequeña puerta metálica. La cruzaron y entraron en una gran sala con muchas puertas similares a las que ellas habían cruzado. En la zona más alta se sostenían unos salientes de los que venían unos ruidos extraños.
-Podéis salir, no os harán daño.
De los salientes comenzaron a salir grandes aves de plumaje dorado.
-Son mis niños- dijo Laufey-. Ellos me ayudan y yo les doy refugio
- ¿A dónde lleva cada una de esas puertas?.
- Todo es una gran armería pero esta bien organizada. Cada puerta lleva a una sala en la que se guardan un tipo concreto de armas.






miércoles, 2 de mayo de 2012

20. La biblioteca de las ánimas.

(Para mi pequeña Evangeline, tan enfrascada en la fantasía de sus libros que muchas veces no se da cuenta de lo cruda que es la realidad)
Después de recorrer eternos corredores llegaron a la biblioteca.
- Bienvenida a la biblioteca del palacio de Gea o como más se la conoce, la biblioteca de las ánimas.
Accedieron a la sala, Ignis quedó maravillada, la saltaron las lágrimas, cientos de estanterías ocupadas completamente por libros se encontraban en aquel lugar, tanta emoción le causó que no reparó en lo que le daba nombre a aquel magnífico lugar, las ánimas. Cientos de fantasmas la rodeaban y observaban con curiosidad.
Cuando Ignis se fijó, casi le da un infarto.
- ¡¡¡¡¡¡¡Aaaahhhhhh!!!!!!!
- No te asustes - le dijo una voz más bien parcida a un susurro-.
-No te harmos daño- dijo otra-.
No te preocupes Ignis, no te harán daño, al contrario que las ánimas oscuras que se encuentran invadidas de ira, estas ánimas tienen un aura benévolo y sólo ayudan, por eso están aquí, ellas encuentran los libros que necesitas en esta enorme biblioteca de manera que no pases largas horas buscándolos.
-¿Qué libro o información queréis?- dijo una de las ánimas-.
Ese fantasma era una muchacha de no más de quince años de cabellos largos y rizados. Ignis quedó sorprendida por la temprana edad que presentaba aquel fantasma. Caeli se dio cuenta de su observación y dijo:
- No te dejes engañar por las apariencias, cuando un ser muere pero queda vagando por el reino de los vivos adopta la forma que él desea.
- Eso es cierto- dijo el ánima- , me llamo Evangeline y os voy a ayudar en todo lo que necesitéis.
-Gracias, estamos buscando información sobre el símbolo y todo lo relacionado con Corban.
- Interesante... Esperar un momento.
Evangeline salió volando y se perdió entre las estanterías, al cabo de cinco minutos regresó con una pila de libros en el brazo.
- Es una buena elección, yo diría que de las mejores, durante el tiempo que llevo aquí, que es mucho, he leído bastante sobre la historia antigua de Gaheim, se mucho sobre los tiempos en los que Corban servía a la región del fuego, también sobre su procedencia.
- Evangeline- dijo Ignis- te importaría quedarte con nosotras, para averiguar todo lo que necesitamos acerca de este símbolo- Ignis le enseñó la marca que tenía en el pecho-.
Los ojos de Evangelin se iluminaron.
-Por supuesto que no, de hecho será un placer.
Comenzaron abriendo el primer libro que había en la torre que Evangeline había llevado.
Era un libro más bien pequeño y no encontraron mucha información acerca de lo que buscaban, sólo hablaba sobre algunos de los servicios que Corban realizó en sus años de vida al rey de la región del fuego, que en ese momento era Asgar I, el tatarabuelo de Ignis.
Siguieron mirando varios libros más pero ninguno daba información lo suficientemente concisa  sobre lo que ellas necesitaban como para que les pudiera servir. Al fin, después de largas horas mirando libros encontraron lo que buscaban, era uno de los últimos libros de la torre que Evangeline las había llevado, su tapa estaba echa de cuero y tenía una gema verde practicamente igual a la del colgante de Corban.
-Es extraño, juraría que la gema era gris- dijo Evangeline-.
-Es que es lo más probable -dijo Ignis, mostrandole el colgante que llevaba en el cuello-.
Evangeline quedó maravillada al ver el colgante en el que no había reparado antes , fijandose únicamente en la marca que Ignis tenía en el pecho.
-! Es el colgante de Corban! ¿Cómo lo habéis recuperado? Tenía entendido que se perdió cuando los oscuros conquistaron la región de fuego.
- Aldana lo recuperó, esta noche noté que algo quemaba mi pecho, la piedrecita del colgante ya no era gris, y este símbolo apareció en mi pecho.
-Corban ha de renacer... - las palabras del ánima fueron casi inaudibles-.
Evangeline cogió rápidamente el libro con la tapa de cuero y empezó a pasar las páginas velozmente.
-Este libro no es un libro cualquiera, se va escribiendo sólo según suceden lo hechos, o van a suceder, por eso es tan grueso, cuenta la historia de Corban desde el principio de su existencia, lo que significa que si algo nuevo se ha vuelto a escribir, Corban no ha muerto como todos creíamos y la marca de tu pecho y el color de la gema del colgante cobrarán sentido.
-Eso es lo que supusimos cuando vimos la marca y la gema, pero lo que no entendemos es lo que quiere decir el hecho de que esa marca se haya grabado en ella -Aldana señaló a Ignis-.
Evangeline seguía pasando las páginas mientras las leía por encima a gran velocidad, por fin encontró lo que buscaba.
-Como yo decía , el libro ha vuelto a escribirse. Hace tiempo cuando lo estaba releyendo, antes de la invasión de los oscuros leí algo sobre el regreso de Corban, no le dí mucha importancia, la verdad es que no debí de haberlo hecho. Aquí pone que Corban ya ha renacido, la muchacha del fuego lo lleva en su alma, y muy pronto saldrá de ella para cumplir su cometido y regresar al lugar al que verdaderamente pertenece. 
Supongo que de ahí viene el que la marca esté grabada justo encima de tu corazón.
- Eso significa que... Corban nos va a ayudar a recuperar Gaheim, y con el tenemos muchas más posibilidades.
-Eso es fantástico.
-Ya lo creo -dijo Ignis para sí-, ya lo creo.

sábado, 28 de abril de 2012

19. La marca.

-¡Aaahhhhh!
Aldana y Caeli se levantaron de la cama y fueron corriendo a la habitación de Ignis .
- ¿Qué sucede?
Ignis estaba incorporada en la cama jadeando, una mueca de dolor se apreciaba en su cara.
-¡¿Qué pasa Ignis?!
-Estaba teniendo un sueño. Iba caminando por el bosque de Ésus, me encontraba en un hermoso lugar dentro del bosque, era un claro , lleno de flores de color dorado, nunca las había visto, que se mezclaban con el verde de la hierba creando una paisaje maravilloso, cerca del claro había una pequeña cascada con el agua cristalina que reflejaba como un espejo todo lo que estaba delante de ella, me acerqué a la cascada para contemplar mi reflejo y vi  justo detrás de mí a un gran dragón de color dorado, sus ojos eran como los de un reptil y adoptaban un tono aguamarina, su cuerpo era diferente al de Neyén,  era más fuerte e imponente, tenía unas enormes garras, pero a pesar de la ferocidad que transmitía no dejaba de ser hermoso, oí algo en mi cabeza, como un susurro pero no pude captar lo que decía, y me dí la vuelta, volví a oír un susurro en la cabeza pero esta vez lo pude comprender porque lo escuché lo suficientemente alto, dijo:
-Me llamo Co...
En ese momento note un fuerte dolor en mi pecho, como si algo me estuviese quemando, lo malo es que ya no estaba en el sueño.


Aldana pudo ver como Ignis tenía tapado con la mano, una parte del pecho, justo en el corazón.
-Quita la mano.
-Me duele, mucho, ni siquiera he mirado lo que es.
-Quita la mano.
Ignis levantó la mano despacio, en ese momento no se fijo en la marca que tenía Ignis en el pecho, sino en el cambio de color que había sufrido la bolita del colgante.
-Corban - susurró Caeli al ver lo que su amiga estaba mirando-.
-¿Qué pasa con Corban?
Nadie respondió.
Caeli observó la marca con detenimiento.
-Es el símbolo, su símbolo, no me cabe duda.
-Ignis tu lo has despertado, ¿cómo lo has hecho?
- Yo no he hecho nada.
-Descansa mañana iremos a consultar libros a la biblioteca del palacio.
-¿Aquí hay biblioteca?
-Claro es un palacio, ¿qué te esperabas?

lunes, 9 de abril de 2012

18.El colgante de Corban.



(Este capítulo se lo quiero dedicar a la que va a ser uno de los personajes más importantes de mi historia, Corban)
Al día siguiente Ignis volvió a despertarse. Sentía que su cuerpo estaba lleno de energía para afrontar el día, las heridas todavía se estaban curando pero ya casi no sentía el dolor que estas la producían. Salió de su cuarto y se dirigió a la cocina , estaba hambrienta y comenzó a devorar todo lo que encontraba encima de los muebles de la estancia. De pronto vio como Caeli la miraba asombrada al ver la velocidad que había cogido a la hora de engullir la comida.
-Buenos días Caeli -dijo Ignis con la boca llena-.
-Buenos días -Caeli no pudo evitar que en su rostro se dibujase una gran sonrisa al ver la escena y comenzó a reír-.
-¿Qué pasa?
-Pareces una salvaje comiendo.
-Tengo mucha hambre.
-Deja de engullir, tengo que darte algo.
Ignis paró el ritmo pero no dejó de comer, se sentó junto a Caeli y observó como la chica sacaba de su bolsillo un pequeño colgante  de un dragón sosteniendo una bolita de cristal de color grisáceo con la cola.
-Esto te pertenece, es lo que hemos podido salvar por el momento, siempre ha sido de todos los reyes de la región del fuego y ahora es tuyo.
-Es precioso, gracias Caeli.
- No me tienes que dar a mí las gracias sino a Aldana, ella es quien lo recuperó. Ignis, no es un colgante cualquiera, es muy valioso y he de contarte una historia relacionada con él.
En la región del fuego había un palacio, ahora sólo hay ruinas, y no me refiero al de los reyes, ese todavía se mantiene en pie, era el palacio de Corban el dragón mas poderoso de todo Gaheim, era valeroso, fuerte, siempre estaba dispuesto a ayudar a los que lo necesitaban y fue un leal siervo de los reyes de la región del fuego.
-Yo creía que los dragones procedían de la región del aire.
-No todos, en la región del fuego también hay, pero son distintos, suelen ser más grandes, sus escamas siempre tienen tonalidades oscuras , los dragones de la región del aire son más ágiles y veloces, en las batallas siempre han preferido ir por el aire al contrario que los de la región del fuego.
Pero eso no es lo importante, como ya te he dicho era un fiel aliado de la región del fuego. Esto ocurrió mucho antes de que yo y Aldana naciéramos. Un día aparecieron tres horribles brujas que intentaron destruir Gaheim, ahora lo están consiguiendo, él las intentó vencer y lo consiguió encerrándolas en un lugar donde no existía nada, un inmenso vacío, pero esas brujas también le afectaron a él, lo metieron en el colgante para que no pudiera volver a salir, lo malo es que esas brujas han escapado, están del lado de los oscuros y han convirtieron a muchos seres en sumisos. La leyenda dice que mientras la bola de cristal fuese del color verdoso el corazón del dragón y su espíritu seguirían vivos.
-Pero el cristal es gris.
-Ese es el problema, hace muchos años que esta así, nadie ha podido explicar la causa ya que los dragones viven muchos siglos. De todas maneras te pertenece.
-Gracias Caeli, significa mucho para mí.
Caeli deposito el colgante sobre la mesa que se encontraba a su lado y se marchó de la cocina.
Ignis se quedó observando el colgante un buen rato, admirando su belleza y lamentándose por la pérdida un ser tan magnífico.
Se lo colocó en el cuello y decidió pasar el día leyendo algunas de las novelas que había llevado consigo a Gaheim.
Esa noche mientras Ignis estaba inmersa en un profundo sueño, el cristal del colgante se volvió del color de las hojas de los árboles en primavera.
















viernes, 23 de marzo de 2012

17. Al despertar.

-¡Ignis!¡Ignis!
La muchacha solo lograba ver sombras, había notado como su cuerpo se desplomaba en el suelo pero no había sentido dolor alguno, de repente esas sombras se volvieron simplemente negro.
-Ha intentado luchar hasta el final y lo ha conseguido pero su cuerpo no ha aguantado más. Esas malditas dagas,tenía que haberla protegido mejor, no debiamos haberla dejado venir, era nuestra única salvación.
-¡Somos unas inconscientes!
-¡Ignis, por favor aguanta!
Aldana y Caeli no paraban de intentar ayudar a su amiga pero ya no habia mucho que hacer, solamente curar sus heridas y esperar.
La llevaron a el palacio de Gea y allí eliminaron de su piel la sangre y el barro, curaron las quemaduras y las heridas y dejaron su cuerpo como si nunca nada hubiese sucedido, pero solo aparentemente.
Ignis logró abrir los ojos días después,y provocó gran revuelo entre los habitantes de la región de la tierra, todos pensaban que no se lograría recuperar.
-¡Por fin, Ignis!
Caeli zarandeaba a la chica sin parar.
-Caeli estoy mareada y tengo todo el cuerpo dolorido.¿Qué ha pasado?
-Luchaste hasta el final pero... esas malditas dagas te debilitaron mucho, y casi consiguen acabar con tu vida.
Fue extraño, te quedaste mirando fijamente al horizonte mientras esos malditos abandonaban la playa, luego caiste al suelo.
Ignis lo recordó, no miraba al horizonte exactamente, sino a aquel inquietante joven de ojos verdes que tambien la observaba desde uno de los barcos.
-Ese Eis casi acaba contigo, deberias ser mas precavida. En la proxima batalla, tu no irás.
-¡¿Por qué?!
-No estas listas, no debimos permitirte ir.
-Pero..
-No digas nada, descansa y cuando te recuperes hablaremos.
Ignis se acomodó en la cama y se quedó profundamente dormida.

domingo, 11 de marzo de 2012

16.Eis.



Ignis y Caeli se levantaron de la cama. Desayunaron y fueron a cambiarse la ropa. Todavía no había amanecido.
Ignis se puso un corset de cuero de color marrón que tenía placas metálicas con grabaciones en forma de dragón, unos pantalones cortos del mismo tono que el corset y unas botas con telas trenzadas que la cubrían las piernas hasta las rodillas.
Caeli se puso una armadura similar a la que Aldana llevaba el día anterior, pero era de plata y en la zona del pecho tenía grabadas dos enormes alas, parecían de un cisne. Llevaba unas mallas negras ajustadas que le cubrían solo la mitad del muslo y unas botas también de color negro. Sustituyó su habitual coleta por una trenza que la caía por el hombro derecho.
Cuando terminaron el sol ya asomaba sus brillantes rayos en el horizonte, salieron del palacio. En la entrada había un pequeño ejército, compuesto por diferentes seres, el resto había marchado con Aldana la noche anterior. Ignis se fijó que entre esos seres también había humanos, pero tenían la piel muy oscura, Caeli le explicó que procedían del desierto de Yue, que se encontraba en la región del fuego.
Cuando Ignis pasó al lado de los moradores de Yue, para montar a Neyén como Caeli le había dicho, estos hicieron una reverencia, ella se sorprendió.
-Los dragones nos llevarán a la costa.

Todos subieron a un dragón, incluidas Caeli e Ignis, que montaron en Neyén.
Cuando llegaron vieron un no muy agradable paisaje. Había bastantes heridos, y la playa que había sido el hogar de Ignis durante unos meses ahora más bien parecía un agujero lleno de cenizas y muerte.
Entonces, Aldana apareció.
-Son muy fuertes, de momento hemos aguantado los ataques, menos mal que habéis llegado, no has enviado trasgos, esos malditos bichejos no han parado de atacar. Ahora estamos en una especie de tregua, hasta que vuelvan a enviarnos más bichos de esos.

Ignis ayudó a curar a los heridos, Caeli y Aldana hicieron lo mismo.
Cuando más calmado parecía estar el lugar fue cuando los oscuros volvieron a atacar.
-¡Preparaos! ¡Nos atacan! - grito Aldana-, ahora que sabes utilizar la magia demuéstrales a esos malnacidos de lo que estamos hechos.
Aldana montó en Wirak, Caeli hizo lo mismo con Neyén.
-¡Saca esas bonitas alas de fuego grito!- Caeli desde las alturas-.
Ignis así lo hizo, sus hermosas y grandes alas surgieron de su espalda. Levantó el vuelo y se dirigió hacia la zona donde más seres se agrupaban.
Vio como a lo lejos cientos de barcos con formas bastante singulares se dirigían hacia la playa.
De ellos comenzaron a salir unos seres amorfos de color negruzco, que se tiraban al agua evaporizándola y avanzando en  medio de una nube de vapor. Cuando llegaban a la playa calcinaban todo lo que tocaban.
-¡Son GESGANCHS!
-¿Gesganchs?-preguntó Ignis-.
-Son de tu región viven escondidos en las arenas que rodean los 12 volcanes de Cronos, son seres incandescentes que arrasan y calcinan todo lo que encuentran a su paso.
Solo los seres de tu región y los de la región del agua pueden vencerlos, lo malo es que la mayoría de los habitantes de la región del agua son ahora sumisos de los oscuros. Las sirenas, los hipocampos, las serpientes marinas, las ondinas… todos están a su lado por culpa de esos malditos hechizos, que les vacían la mente.
Aldana incendiaba flechas y luego las lanzaba contra los barcos para hundirlos.
Caeli en un intento por apagar el fuego de los gesganchs, que ya habían llegado a la playa, les disparaba corrientes de aire helado, pero esto solo conseguía impedirles avanzar unos segundo.
Los moradores de Yue eran los únicos que conseguían deshacerse de ellos.
De repente vieron como en medio de todo el vapor producido por los gesganchs aparecía una figura masculina. Cuando se pudo distinguir el rostro de aquella persona Ignis vio como en la cara de Aldana se producía una mueca de dolor y repulsión al mismo tiempo.
Le oyó pronunciar su nombre:
-Eis.
¿Ese chico era Eis?, Ignis se lo había imaginado de otra manera , pensó que sería más mayor, en realidad solo tendría unos diecisiete años, también la imagen que tenía de su físico en la cabeza era diferente al aspecto real, se lo había imaginado rudo, fuerte, con rasgos duros, muy alto, y sí, el muchacho era alto y fuerte, pero sus rasgos más bien eran aniñados e inocentes, era bastante atractivo, tenía el pelo negro como el carbón y los ojos en un color verde claro que contenían rabia y odio, pero a la vez angustia, desesperación, miedo. Esto sorprendió a Ignis, ¿Cómo un muchacho con esos rasgos tan dulces podía ser tan peligroso, y como una mirada podía contener todos esos sentimientos tan contradictorios?.
El chico dejó caer su extraña mirada sobre Ignis y sonrió, con un rápido movimiento la lanzó  unas pequeñas pero letales dagas de hielo que surgieron de sus manos, Ignis consiguió reaccionar a tiempo y derritió con una llamarada las mortíferas dagas.
Ignis le miró fijamente, no sin un gesto de preocupación en el rostro. Vio como pronunciaba unas palabras, e intentó leerle los labios.
-Veo que eres fuerte – entendió Ignis-.
Ignis se acerco a él para poder oírle y no tener que descifrar en sus labios lo que decía.
-No te pienses que por ser joven soy más torpe.
-No lo pienso- él sonrió y la miró fijamente-.
Ignis se sintió intimidada, de pronto Eis atacó de nuevo con más dagas de hielo.
Ignis reaccionó  un poco tarde y algunos de ellos se le clavaron en los brazos y en las piernas, unos pocos  incluso la rozaron el cuello. Ignis chilló y cayó al suelo, el dolor era muy intenso.
Cuando Eis fue a rematar la tarea apareció Caeli, le propinó una potente patada y lo lanzó con una fuerte ráfaga de viento contra la cubierta de uno de los barcos que se encontraban todavía lejos de la playa.
-Gracias.-
Ignis no paraba de sollozar, el dolor era prácticamente insoportable.
Comenzó a sacarse las dagas de la piel y cuando terminó, no sin mucho esfuerzo, consiguió levantarse.
-Voy a luchar.
-Pero… ¡estas herida!.
-Eso da igual, mi deber es luchar, y eso es lo que voy a hacer, cueste lo que cueste.
De nuevo emprendió el vuelo sin que a Caeli la diera tiempo a detenerla, lanzó varias bolas de fuego que hundieron bastantes barcos y consiguió deshacerse de decenas de gesganchs.
Cuando el ejército de los oscuros empezó a debilitarse, comenzaron a dar media vuelta, los gesganchs ya no atacaban, ahora huían en dirección a una flota que estaba prácticamente derruida.
Vio como en uno de los barcos un chico alto de cabello negro observaba la escena.
-Esta será la última vez que me ganan una batalla. Chica del fuego, seguro que volveremos a vernos.













15. Trampas.



Ignis y Caeli regresaron al palacio de Gea. Se encontraron a Aldana en el salón de “la pequeña casa”. Comenzaron a hablar sobre lo que había ocurrido en su visita a Ládane, preguntaron a Ignis que es lo que la había contado, ella decidió no decir nada acerca de lo que la ninfa había comentado de Aldana y de Caeli. Ignis las dijo las intenciones de los oscuros, en ese momento Caeli y Aldana comenzaron a reír a carcajadas.
-¿Qué pasa?
- Inocente. Esa Ládane no se lo esperaba, se cree muy lista pero ha caído en nuestra trampa.
-¿Qué trampa? ¿De qué habláis?
- Llevábamos intentándolo bastante tiempo pero siempre se daba cuenta, solo necesitábamos una mente inocente para conseguir engañarla.
Te contamos una pequeña mentira, no vamos a atacar la región del agua, sólo lo dijimos para no salir perjudicadas y luego tener que cambiar de planes.
-Bueno ahora que ya sabes todo, me marcharé - dijo Aldana-. Tenemos que proteger la costa, no podemos permitir que se abra una grieta en la seguridad de esta región que es la única en la que nos podemos refugiar de la falta de magia que ahora está invadiendo Gaheim. Vosotras iréis al amanecer cuando estéis descansadas, me marcharé con parte del ejercito de defensa y mañana vosotras os llevareis a la otra parte.

Aldana fue a su cuarto, se puso una especie de armadura de bronce con símbolos tribales grabados que solo cubría su tronco, llevaba unos pantalones negros y ajustado a los que no se les veía el final ya que se escondían bajo unas botas que cubrían solo la mitad de los gemelos.
Ignis se dio cuenta de que el aspecto físico de Aldana había cambiado, realmente las tres habían cambiado desde que ella se había marchado a la costa.
El pelo de Aldana se había aclarado y estaba cogiendo un tono anaranjado, también era mas largo y estaba sujeto por una trenza que solo recogía el cabello que caía por la frente. Sus ojos tenían mas odio en el interior, Ignis imaginó que seria por no haber podido vengar ni a su familia, ni a su pueblo.
Caeli tenia el pelo mas corto, lo seguía llevando en una coleta pero en vez de llegarla hasta las rodillas terminaba en su cadera. Se había hecho mas alta y sus rasgos redonditos y aniñados se habían estilizado.
Ignis también estaba diferente, había crecido, su pelo era cada vez más oscuro, sus ojos se habían aclarado y ahora tenían un tono dorado, su piel era mucho mas pálida y sus labios se habían vuelto prácticamente rojos.
-¿Caeli nos noto diferentes, eso es normal?
-Claro, cuanto más tiempo estés en Gaheim más magia acumulara tu ser, esta magia hará que tu yo interior aflore y tu personalidad se verá reflejada en tu aspecto, puede adoptar dos formas iguales pero con una personalidad completamente diferente, no todos los morenos o todos los rubios tienen que tener un rasgo personal similar para parecerse.
- Dejémonos de tonterías, me marcho, los oscuros no esperaran a que acabéis vuestra bonita e interesante conversación para atacar, así que descansad y mañana cuando estéis en la costa, luchareis.
Adiós.

Aldana salió de “la pequeña casa”. Ignis se asomó a la ventana de su cuarto y vio a Aldana a lomos de un unicornio bastante extraño, no era completamente blanco, su crin y su cola eran negras y onduladas y su cuerno parecía estar hecho de plata, al igual que sus cascos. Aldana arreó al corcel y este salió corriendo. Lo último que  Ignis vio fue como su imagen se difuminaba tras el horizonte.

domingo, 12 de febrero de 2012

14. Ládane, la ninfa.



 Las tres se levantaron bastante tarde, sobre las doce. Decidieron no desayunar ya que comerían una o dos horas mas tarde. Estuvieron toda la mañana en los jardines del palacio de Gea recogiendo flores y haciendo coronas y colgantes con ellas.
A las tres pensaron que ya deberían comer. Entraron en la “pequeña casa” y comenzaron a preparar la comida.
Al terminar de comer se quedaron en el salón escuchando música del MP3 de Ignis, a Aldana la gustaba cada vez más Avenged Sevenfold y Caeli se había enamorado de una canción llamada “¿sabes?”que expresaba todos los sentimientos de un chico hacia una chica.
-Tú y Caeli iréis a ver a Ládane. Caeli se quedará fuera y tu entrarás en su morada a por la información.
-Saldremos al anochecer, lo mejor será que hasta entonces descansemos. La noche será muy larga.
Ignis se dio una ducha, se puso una camisa negra que dejaba ver a través de sus transparencias la camiseta de tirantes que llevaba debajo, unas mallas ajustadas y sus botas militares. Se hizo una trenza que la caía por el hombro derecho y la llegaba hasta la cintura, la verdad es que en esos últimos cuatro meses la había crecido bastante el pelo. Se puso los pendientes del ojo de Horus, se pintó la raya del ojo con un eyeliner que había encontrado antes de marchar a la costa en uno de sus pantalones y salio al salón.
Caeli también se duchó, se hizo la coleta que llevaba habitualmente y se puso un vestido color aguamarina, tan claro que parecía blanco pero que resaltaba sus grandes ojos azules.
Como solo había un baño en “la pequeña casa” tardaron bastante en arreglarse las dos, por eso cuando terminaron ya era bastante tarde.
Cenaron y estuvieron hablando sobre los detalles de la misión.
Ya eran las doce de la noche, Aldana salió acompañada de Ignis y Caeli hacia las caballerizas, en la puerta de las mismas , Ignis vio una cosa sorprendente, había dos duendecillos sujetando las riendas de dos unicornios.
Su pelaje era blanco y brillante y la crin era rubia, el cuerno tenía un color amarillento que al ser iluminado por los rayos de la luna parecia de oro.
Ignis no cabía en ella de la emoción.
-¡UNICORNIOS! ¡SON UNICORNIOS!
-No grites son muy asustadizos.
Caeli subió a su unicornio y pregunto:
-¿Dónde esta Wirak?
-¿Wirak?
-Si, es el unicornio mas importante de Gaheim, se podría decir que es como el rey de todos ellos. Sólo obedece a los reyes de la región de la tierra, en este caso a su princesa, ya que todos ellos son elfos. Son los únicos seres con los que se relacionan.
- Monta- dijo Aldana haciendo una señal a Ignis-.
Ignis se montó el en ese corcel tan especial, vio a Caeli arrear su unicornio y ella la imitó, las dos partieron hacia su misteriosa dirección.
Después de un rato cabalgando se internaron en el bosque de Ésus, llegaron a un claro que tenia en su centro un árbol de al menos diez metros de altura, en el había una pequeña abertura de forma elíptica que mediría uno o dos metros.
Caeli desmontó de su unicornio, Ignis hizo lo mismo.
-Lo único que debes hacer es entrar y contarla nuestro plan, ella te dará la información que necesitamos, tú te marcharás y listo.
Ignis avanzó y se interno por la grieta del gigantesco árbol. Nada mas entrar había unas escaleras de caracol que parecían no tener fin. Al llega al final de esas escaleras y Ignis se sorprendió al ver que se encontraba en una gran sala decorada con exquisito gusto. Al fondo de la misma había una persona.
Al acercarse vio, que mas bien se trataba de una chiquilla no mas mayor que ella.  
Era más bajita que Ignis y estaba muy delgada. Tenía el pelo castaño, largo y muy liso que la caía por los hombros. Su piel era morena y sus almendrados ojos negros tenían un casi inapreciable brillo pícaro. Llevaba ropajes claros, de seda, que resaltaban su color de piel. En el cuello tenia un colgante dorado con forma de águila y en los brazos llevaba brazaletes de oro.
-Me llamo Ládane. Como ya te habrán explicado haremos un intercambio, tú me darás lo que yo necesito a  cambio de lo que tu quieres. Veo que no ha venido la elfo. Supongo que no la gusta reconocer sus errores, es demasiado orgullosa.
-Vengo a por información sobre los oscuros – dijo Ignis muy decidida-
-Tienes carácter. -Ládane la ignoró y siguió hablando de sus asuntos- ¿Y la otra chica?, la de los ojos azul zafiro, no la cuesta reconocer sus errores, pero es muy reservada para sus secretos, no la gusta contarlos y mucho menos que yo los mire sin su permiso.
Una pena, me resulta muy divertido.
En ese momento Ignis se acordó de que Ládane leía la mente y se concentro para ponerla en blanco
-Los oscuros están planeando atacar la costa de la región de la tierra, ya que es la zona mas desprotegida, ellos saben que tenéis en vuestras manos esta información pero aun así están decididos a atacar. Ahora dime lo que quiero saber, ¿sabes? me resulta extraño que todavía no haya podido leer tu mente, nunca me ha pasado, supongo que tienes muy buena concentración yo diría que incluso mejor que la de tus compañeras.
- Vamos a atacar la región del agua cuando todos sus ejércitos estén defendiendo lo que les queda de la región del fuego.
-No os resultara facil, ya que el dirigente de su ejercito procede de esa región, y es  muy fuerte… pobre Eis, a acabado como un sumiso, pero que se le va ha hacer, sería su destino. No es de mi incumbencia, tampoco me importa- Ládane sonrió malévolamente -.
Ignis se despidió y salió de aquel árbol-casa. Ya fuera, vio como por la copa de aquel gigantesco árbol, Ládane volaba a lomos de un hermoso hipogrifo.
Antes de marcharse Ignis preguntó:
-¿Ládane es humana?
- No, es una ninfa.

viernes, 10 de febrero de 2012

13. Planes.



-Ahora que has regresado y sabes controlar tus poderes empezarás a implicarte en nuestras misiones.
-¡Es genial¡ Por fin haré algo de provecho.
-Lo primero que debemos comentarte - dijo Caeli – es que hemos empezado a recuperar parte de la región del fuego. Su palacio esta siendo reconstruido. Por el momento solo hemos conseguido eso, pero es un gran progreso.
-La misión que te vamos a encomendar es bastante sencilla.
Mañana por la noche irás a visitar a alguien, ese “alguien” te dará cierta información, pero solo a cambio de lo que necesita saber.
Lo que debes conseguir es dejar la mente en blanco, estar concentrada porque si no buscará en ella y encontrará más información de la que debe.
-¿Quién es ese alguien?
-Se llama Ládane, Sólo piensa en su propio beneficio. Está en los dos bandos, no le importa quien gane esta guerra siempre y cuando ella no salga perjudicada, ella nos proporciona información de los oscuros a cambio de la nuestra y viceversa.
-Necesitamos información del enemigo por tanto, tendremos que ir a visitarla. Pero yo no podré ir - dijo Aldana -.Así que irás con Caeli, pero solo tú hablarás con ella.
-¿No nos perjudicará contarla información importante?
-Sí, pero también nos beneficia.
-Nuestros planes son atacar la región del agua mientras estén distraídos en proteger lo poco que les queda de la región del fuego.
- No es muy lógico, pero es un buen plan.
Ya eran las ocho de la tarde, el día se las había pasado muy rápido.
Ignis y Aldana comenzaron a cocinar la cena mientras Caeli el mantel y los cubiertos en la mesa del salón.
Cenaron y se acostaron.

sábado, 4 de febrero de 2012

12. Regreso.



Ignis salió de su cabaña cuando aún estaba amaneciendo. Hacía un poco de frío, se notaba que se acercaba el otoño.
Ya habían pasado cuatro meses desde que Aldana la había dejado allí para que aprendiese a controlar sus poderes y la verdad es que esa soledad había dado resultado. Ignis había aprendido a concentrarse, a encontrar su energía interior y lo más importante a saber aprovecharla en sus hechizos. Aldana tenía razón aquello no era tan difícil, realmente cuando aprendías a sentir tu energía todo lo demás era muy sencillo.
En los meses que Ignis llevaba en aquella playa había tenido que valerse por si sola, y eso había hecho que madurara.
Ya sabía transportarse instantáneamente a los lugares que ella quería de la playa, a dar vida a una flor, crear comida, luz, atuendos, etc. Y todo esto solo con magia.
Podía haber vuelto perfectamente al palacio de Gea si ella hubiese querido, pero prefirió quedarse allí hasta que realmente sus poderes estuviesen lo suficientemente desarrollados.
Ya era el día, el día en el que su soledad acabaría. Volvía junto a Aldana y Caeli.
Hizo desaparecer la cabaña que había sido su hogar durante esos meses y decidió que el tele-transporte no era la mejor manera de volver junto a sus dos amigas. En realidad sería más divertido volver volando, se concentró, y de su espalda brotaron dos grandes y hermosas alas con plumas rojizas.
En el tiempo que llevaba en la playa, Ignis se había dado cuenta de que todos los hechizos que realizaba, al fin y al cabo acababan teniendo una relación con el fuego. Por ejemplo cuando hizo desaparecer la cabaña esta se convirtió en ceniza.
Emprendió el vuelo hacia el palacio, cruzó los montes donde hace cuatro meses Caeli la había llevado, también vio a lo lejos el bosque de Ésus, como ella recordaba, irradiando belleza.
Al llegar al palacio, lo sobrevoló y  vio a una joven de pelo rojizo caminar por el gran pasillo de las cúpulas de cristal.
Aterrizó delante del gran portón del palacio y entró. Corrió hacia el pasillo de las cúpulas y allí encontró a  Aldana como esperaba. Las dos se fundieron en un gran abrazo.
-¡Lo has conseguido!
- Bueno realmente lo conseguí hace un mes, pero decidí que debía controlar mis poderes todo lo que pudiese.
- Ya veo. Por cierto, bonitas alas.
-A, sí - Ignis hizo un pequeño gesto con la mano derecha y las alas desaparecieron-.
-Que control -Aldana sonrió-.
Ignis rió timidamente.
-¿Por cierto dónde esta Caeli?
-Ha ido ha hacer unas cosas, vendrá dentro de un rato.
Ignis se dirigió hacia la pequeña casita del palacio y decidió darse una ducha.  Cuando terminó se puso uno de los bonitos vestidos que había en el armario de su habitación y salió al salón.
Allí estaba Caeli. La abrazó con fuerza.
-¡Por fin has regresado!
-¡Sí!
- Estarás cansada ¿verdad?, prepararé algo rico para comer, tú siéntate.
Ignis se sentó, cuando Caeli terminó de cocinar llevó la comida al salón donde se encontraba Ignis.
Había preparado unos pastelitos de alga dulce y como no, néctar de odix.
Aldana se unió a la comida. Las tres estuvieron hablando durante horas con Ignis sobre su experiencia en la playa y la dijeron que ellas también tenían algo que comentarla.



jueves, 2 de febrero de 2012

11. Sola.

( Para Lau (http://dentrodetihaymas.blogspot.com/))
Ignis salió de su habitación y se encontró a Aldana en el salón, estaba desayunando.
-Siéntate.
Ignis se sentó.
En la mesa había una bandeja llena de unos pequeños trozos de bizcocho que tenían pedacitos de fresa en su interior. También había una gran jarra de cristal que contenía un líquido de color rojizo, parecía zumo.
En el lado de la mesa en el que ella se encontraba había un tazón de madera que estaba lleno de leche.
-¿Todo esto es para las dos?
-Sí.
-¿Pero no crees que es demasiado?
La verdad es que en la mesa había mucha comida.
-No.
Ignis no insistió más y comenzó a comer. Se tomó el tazón de leche y a continuación fue comiendo lo trozos de bizcocho mientras daba pequeños sorbitos al vaso de zumo que se había servido. El zumo estaba muy rico, tenía un intenso sabor a frutos del bosque. El que más se apreciaba era el sabor a mora.
Cuando terminaron de desayunar salieron del palacio y se dirigieron a la parte trasera. Allí se encontraban los establos. Estaban divididos en varias partes, fueron caminando hasta llegar a dos cuadras que se encontraban una frente a la otra. En ellas había dos hermosos corceles negros.
-¿Sabes montar a caballo?
-Más o menos.
-Pues saca ese caballo de la cuadra. No tardes mucho, nos espera un largo camino.
Salieron de las caballerizas y montaron en sus respectivos corceles.
Tras más de dos horas tomando liosas direcciones llegaron a la costa de la región del fuego.
Tenía dos grandes playas en forma de “v” unidas por una pequeña elevación que formaba un acantilado.
-Debes saber que tu poder se desarrollará mejor en las zonas que tengan una relación con el fuego. Como los desiertos. En esta región no hay desiertos pero en la del fuego sí. Por eso te he traído a la playa que es como un pequeño desierto pero con el mar al lado- Aldana sonrió-.
-Entonces aquí tu poder se debilita.
- Sí, pero la que va a practicar eres tú.
-Quiero que concentres toda tu energía y hagas que crezca una flor aquí mismo – Aldana señaló con el dedo a un lugar en aquel inmenso cúmulo de arena blanquecina.
- ¿Y cómo pretendes que haga eso?
- Concéntrate, deja la mente en blanco y busca la energía que hay en ti.
Ignis así lo hizo, se concentró, pero por mucho que lo intentaba, no consiguió nada.
Ya habían pasado varias horas e Ignis se estaba impacientando, no lograba hacer que naciese una flor. No tenía que ser tan complicado, Aldana hacia cosas mas difíciles sin ni siquiera tener que pestañear.
-No te preocupes esto no es una cosa que se aprenda de la noche a la mañana.
Ya era de noche, Ignis seguía sin conseguir nada, entonces Aldana dijo:
-Observa un momento.
Cerró los ojos y ante ellas apareció una cabaña de madera.
-Esto te llevara tu tiempo, yo no te puedo ayudar a que aprendas a recoger tu energía interior, es una cosa que debes hacer tu sola, por lo cual te quedarás aquí el tiempo que necesites hasta que lo consigas. Y cuando lo hagas sabrás la manera de volver al palacio de Gea.
Caeli y yo, seguiremos la lucha contra los oscuros mientras tanto.
Aldana desapareció de pronto. Se llevó también  a los caballos.

-Estoy sola.

domingo, 29 de enero de 2012

10. El canto.

-Pero… el viento no habla.
-Si que habla, te susurra, te canta… Lo que pasa es que tú solo lo oyes, no lo escuchas.
-Y exactamente, qué he de hacer para escucharlo.
- Concéntrate sólo en el sonido que produce ahora mismo la brisa que corre por el valle.
Ignis la hizo caso e intentó concentrarse pero no lograba escuchar nada.
-No lo escucho, noto la brisa pero no me dice nada.
-Si no lo consigues es porque no quieres, si no puedes creer que el viento te transmite mensajes, nunca podrás oír dichos mensajes.
-Pero es que me resulta muy difícil entender que pueda el viento pueda hablar.
-Inténtalo de nuevo, y hazme caso, si crees lo escucharás.
Ignis cerró los ojos para concentrarse de nuevo, notó como la suave brisa acariciaba su rostro.
-Hola Ignis -dijo una voz muy dulce-.
-¿Quién habla?-Ignis se sobresaltó-.
-Ignis, lo has conseguido el viento te está hablando. Escúchale atentamente.
La brisa se volvió cálida, pero no llegó a ser desagradable. De pronto el viento comenzó a cantar. Era un canto hermoso, que hacía que Ignis se inspirarse y que su mente viajara lejos, que se perdiera en el cielo.
Ignis siguió escuchando su canto hasta que terminó. Cuando lo hizo se sintió feliz, era como si un torrente de alegría hubiese inundado todo su ser.
-¿Sienta bien verdad?
-Es… no se como describirlo, simplemente no tengo palabras para hacerlo.

Ya eran las dos, Ignis lo dedujo por la posición del sol. Se la había pasado el tiempo muy rápido. Supuso que era porque no se había aburrido.
-Me imaginaba que sería a esta hora cuando estuviésemos aquí, así que pensé que debería de traer algo de comida.
Caeli se levantó se dirigió hacia donde estaba Neyén, sacó de un pequeño macuto una tela que envolvía algo.
-A los habitantes de la región del viento, nos encanta el arroz, es una tradición. He traído unas bolas de arroz envueltas en algas, cómo en la comida asiática.
Siguió buscando en el macuto y sacó un recipiente con forma redondeada que contenía en su interior un líquido rosado.
-Esto lo he traído para beber, es costumbre en mi tierra acompañar esta comida con néctar de odix.
-¿Odix?
Es un fruto que solo se encuentra en la región del bosque. Es bastante dulce.
Caeli le ofreció una bola de arroz e Ignis la aceptó.
-Sabe más rico si mezcla es sabor dulzón del néctar con el sabor agrio del alga.
Ignis mordió la bola de arroz y bebió un traguito de aquel néctar de odix.
Estaba asombrosamente rico. La mezcla de sabores era estupenda.
-¿Te gusta?
- Esta muy rico, gracias.
-No hay de qué.
Terminaron de comer reposaron un poco la comida y decidieron volver al palacio. Durante el vuelo hablaron de muchas cosas y comenzaron a conocerse un poco mejor. Una de las cosas que llamó la atención de Ignis sobre Caeli era su inmensa pasión por todo lo que fuese de color verde, amarillo o rojo.
Cuando llegaron al palacio de Gea, Aldana las estaba esperando, parecía que no se había movido de ahí desde el momento en que ellas se habían marchado.
Ignis, Caeli y Aldana entraron en el palacio y se dedicaron a pasar la tarde haciendo sus cosas. Ignis estuvo dibujando en su cuaderno y también leyendo, Aldana le volvió a pedir el MP3 a Ignis y se dedicó a escuchar música y Caeli decidió ir a jugar con Neyén.
Al llegar la noche las tres cenaron en la pequeña vivienda interior del palacio de Gea en el que Ignis y Aldana vivían. Caeli se marchó a una habitación que Aldana la había preparado en el palacio, pero fuera de esa mini-casa.
Aldana e Ignis se acostaron. Al día siguiente empezarían las clases.

miércoles, 25 de enero de 2012

9. Caeli.

(Para Androi, mi pequeña Caeli)
-¡Ignis! ¡Ignis!
Aldana la zarandeaba suavemente para despertarla, pero Ignis seguía profundamente dormida.
-Esta chica… ¿Cómo se puede dormir de esta manera?
Aldana siguió intentando despertarla, entonces Ignis abrió los ojos.
-¿Mama?
-No, mama no. Soy Aldana. Levántate, tenemos que irnos ya.
-¿Irnos?, ¿a dónde?.
-Ayer te dije que te tenía que presentar a alguien, pero ese alguien no vino. Pues ahora si que ha venido y nos esta esperando fuera. Así que levántate y vístete.
Ignis se levanto de la cama refunfuñando, seguramente no eran mas de las ocho y la noche anterior se había acostado bastante tarde. Abrió el armario y vio que los vestidos habían sido sustituidos por unos trajes más cómodos.
-¿Qué ha pasado con los vestidos?
-Decidí cambiarlos, hoy no vamos a ninguna fiesta, tendrás que ir con ropa cómoda.
Ignis cogió una camisa blanca de tela fina, un corsé negro, unos pantalones también negros ajustados y las botas militares que había llevado puestas cuando Aldana la llevo al palacio de Gea.
Se puso la ropa. Aldana y ella salieron de el cuarto y de la sala que se suponía era un pequeño salón de esa “casa” que había dentro del palacio y se dirigieron a la puerta principal de aquel lugar por el corredor de las cúpulas de cristal.
Salieron al exterior y a lo lejos se veía a dos figuras. Una era de una mujer y la otra… la  otra era enorme, como mínimo media tres metros de altura y por lo que Ignis podía distinguir por la distancia a la que se encontraba de dicha figura, tenía alas.
Cuanto más se acercaban, menos podía creer Ignis lo que estaba viendo.
Era, un dragón. Era precioso, su piel tenía un color plateado, sus ojos eran grandes  y negros y sus alas parecian cascadas de plata, cuando los rayos del sol caían sobre ellas.
Al lado había una chica rubia, bastante guapa y con los ojos de un color azul bastante oscuro.
Cuando llegaron junto a la chica y el dragón Aldana dijo:
-Ignis, esta es Caeli.
Ignis la saludó y se presentó para no ser irrespetuosa, pero en cuanto pudo volvió a mirar al dragón. Nunca había visto una criatura tan hermosa y que a la vez impusiese tanto respeto.
-¿Nunca habías visto un dragón?-dijo Caeli.
-La verdad, es que en el lugar de donde yo vengo no hay muchos de estos-Ignis sonrió-
Caeli le devolvió la sonrisa.
-Caeli, como verás esta es la hija del difunto rey de la región del fuego, y ella es la que heredó sus poderes.
-Tienes razón en cuanto la miras a los ojos ya ves la llama de su poder dentro de ellos.
-Hoy, Ignis, a parte de presentarte a Caeli, había pensado en comenzar las clases para aprender a manejar tu poder, pero he cambiado de opinión y he decidido que ya que os vais a ver muy a menudo y que seguro, te hace mucha ilusión, hoy te fueses a dar una vuelta con ella en Neyén.
Ignis supuso que Neyén era el dragón y dijo:
-¿En serio me vas a dejar montar en tu dragón?
-Claro, así nos vamos conociendo, seguro que nos hacemos amigas en seguida.
Caeli miró al dragón fijamente y este se agachó para dejarla subir a su lomo. Parecía como si tuviesen telepatía. Coeli montó en el dragón y le dijo a Ignis que hiciera lo mismo. Ignis sin pensárselo dos veces lo hizo.
El dragón comenzó a mover las alas y en décimas de segundo ya se encontraban muy alto. Aldana parecía una hormiga desde esa altura.
Caeli hizo una señal y el dragón comenzó a volar hacia un bosque que se encontraba a  lo lejos.
-¿Ves ese bosque de allí?
-Si.
-Se llama el bosque de Ésus y se podría decir que es el pulmón de Gaheim.
Cada vez se acercaban más al bosque y justo cuando lo sobrevolaban, Ignis pudo admirar toda su belleza. Había árboles que nunca antes había visto, pero que eran muy hermosos. De vez en cuando se veía algún claro en el que reinaba un gran colorido producido por las diferentes flores que ocupaban todo el lugar.
-Es precioso, nunca había visto una cosa igual.
Siguieron sobrevolando durante un rato el bosque hasta que Caeli decidió dar la vuelta, se dirigían otra vez en dirección  al palacio de Gea e Ignis pensó que ahí acabaría su viaje, estaba desilusionada, pero no fue así, lo pasaron por encima casi rozando las grandes cúpulas del precioso corredor por el que siempre la conducía Aldana a todos los lados del palacio.
Al pasar el palacio, se dirigieron a dos montañas juntas que tenían en su valle un río que procedía de el deshielo de la nieve que se acumulaba en las cimas de dichas montaña, el valle también era muy colorido, incluso más que los claros del bosque de Ésus.
Caeli le dio la orden a Neyén de que descendiese hacia el valle y el dragón así lo hizo.
Cuando llegaron a tierra firme, se desmontaron del dragón y se tumbaron sobre las flores del valle.Daba la sensación de estar tumbado en una nube de algodón.
-Bueno ahora me presentare del todo bien, soy Caeli, la princesa de la región del viento, como ya te habrá contado Aldana, Gaheim esta invadido por los oscuros y la región de la tierra es la única que no esta en su poder.
-Si, todo eso me lo ha contado.
-Bueno esto no estaba previsto pero he decidido enseñarte una cosa que te ayudará con las lecciones de magia de Aldana. Digamos que es como una pequeña chuleta para un examen. Hoy te enseñaré a escuchar al viento.




viernes, 20 de enero de 2012

8.El banquete.

Ignis salió de la ducha, se puso una toalla cubriéndola el cuerpo y se dirigió a su cuarto.
Empezó a rebuscar en el armario, se estaba estresando, todos los vestidos la gustaban.
Decidió investigar en los dos cajoncitos que había en la parte inferior del armario y encontró ropa de cambio de una especie de tela muy suave, parecía seda. Se puso la muda y volvió a rebuscar entre los vestidos. Al fin encontró el vestido perfecto. Se lo puso. Era morado oscuro, tanto que parecía negro. Tenia el cuello cuadrado, las mangas  hasta los codos y la llegaba hasta rozar el suelo.
Encontró unos zapatos preciosos al final del armario, eran negros y  pensó que no podía tener más suerte.
Se dirigió de nuevo al baño, al pasar por la sala principal no vió a Aldana, la oyó canturrear Seize the Day de Avenged Sevenfold  desde su cuarto y pensó que estaría arreglándose.
En el baño había dos cepillos de madera. En cada uno había una letra tallada, cogió el que tenía una “I” y se desenredó el pelo.
Cuando terminó de  cepillarse el cabello se dio cuenta de que se la estaban formando unos pequeños tirabuzones. Normalmente llevaba el pelo liso porque la resultaba mas cómodo, pero sin plancha de pelo no había manera de alisárselo y ahora no tenía ninguna. Se dirigió de nuevo a su habitación, se puso los pendientes que había guardado en la mesilla y decidió  ir a la sala a esperar que terminase Aldana.
Aldana salió de su cuarto, llevaba un vestido rojo, largo y muy bonito.
-Estas preciosa -dijeron las dos a la vez al verse-.
.¿Ya estas lista, no?- dijo Aldana-.
-Sí.
-Pues vayamos al banquete.
Después de pasar por muchos lugares, llegaron a un enorme salón con una gran mesa llena de comensales.
-Esta es Ignis -dijo Aldana en voz alta-.
Todos la miraron e Ignis se sintió un poco incomoda, pero esa incomodidad no duró mucho tiempo. Ignis se dió cuenta de que todos la sonreían cuando pasaba a su lado.
Todo era muy extraño, en aquel lugar había elfos, hadas, humanos, duendes, enanos… era como un cuento.
-Ignis ven  a sentarte conmigo, cuando venga te quiero presentar a una persona muy especial e importante para nuestra lucha contra los oscuros. No tardará.
Ignis se sentó al lado de Aldana, unos duendecillos comenzaron a tocar una agradable música con sus pequeños violines y sus diminutas flautitas. En un lado se encontraba Aldana y en el otro una silla vacía. Ignis supuso que era para esa persona importante que tenía que venir.
-No te preocupes dentro de poco ella vendrá y te la presentaré.
Pero esa noche no apareció. Termino  el banquete y todos lo invitados se marcharon, también se fueron Aldana e Ignis, que volvieron a sus respectivos cuartos. Ignis se quitó el vestido y se acostó. Estaba agotada. Y puesto que Aldana le había dicho que tenía que descansar porque el día siguiente seria bastante duro , ni se la pasó por la cabeza la idea de leer un rato, se acostó y se quedo profundamente dormida.


7. El palacio de Gea.

Aldana estaba en la sala principal de aquella pequeña "casa" escuchando música con el MP3 que Ignis le había prestado.
Ignis entró en su nuevo cuarto, y dejo su mochila en la cama, empezó a sacar todas las cosas que había dentro. Se había llevado cinco libros (sus favoritos) y el que estaba leyendo, dos camisetas, una de Mägo de Oz y otra de Sonata Ártica, unos pendientes del ojo de Horus que la había regalado Miriam, su cuaderno de dibujo y dos fotos, una de su madre y otra de ella con sus dos amigos.
Colocó los libros en una estantería que estaba cerca del armario, también dejo allí su cuaderno.
Luego metió en el cajón de la mesilla que había al lado de su cama las dos fotos y los pendientes.
Decidió guardar las dos camisetas en el armario, la verdad es que no había llevado mucha ropa porque la parecían mas importantes las otras cosas.
Abrió el armario y en ese preciso instante se quedó con la boca abierta. Estaba lleno de unos preciosos vestidos, como los de las imagenes que había visto en Internet de elfos. Guardó sus dos camisetas y salió de su cuarto.
-Aldana,¡ los vestidos son preciosos!.
- ¿Te han gustado?
-Sí.
Pues empieza a elegir uno porque esta noche se celebrara aquí un gran banquete para presentarte a todos.
-¿Todos? ¿y dónde es exactamente aquí?
- Estamos en Gaheim en el palacio de Gea.
-¿El palacio de Gea? ¿Gaheim?
-Si, nos encontramos en la región de la tierra, el único sitio que sigue aguantando los ataques de los oscuros.
-Pero tu dijiste que vendría a Gaheim cuando aprendiera a usar mis poderes.
- Si, pero ha habido un cambio de planes. De todas formas no te preocupes, estamos en un sitio seguro. Todos los supervivientes de las demás regiones han venido ha defender  lo poco que queda de nuestro mundo, y créeme somos muchos y nuestras defensas son fuertes. Hemos creado una especie de barrera mágica.
-¿Cuándo empezarás a enseñarme a manejar mis poderes?
-Pronto, pero antes relájate, pásalo bien en el banquete y descansa porque mañana será un día duro.
-Por cierto, ¿te ha gustado la música?
-Me ha encantado, no he podido parar de escuchar canciones de un grupo que se llama Avenged Sevenfold. Ahora que me fijo, es el grupo de la camiseta que llevas.
-Sí.
-Bueno, venga que nos tenemos que arreglar. Dentro de una hora comienza el banquete. Si quieres te puedes duchar, ya sabes donde esta el baño.
-Si, creo que una ducha me vendrá bien, tienes razón tengo que relajarme un poco.