miércoles, 25 de enero de 2012

9. Caeli.

(Para Androi, mi pequeña Caeli)
-¡Ignis! ¡Ignis!
Aldana la zarandeaba suavemente para despertarla, pero Ignis seguía profundamente dormida.
-Esta chica… ¿Cómo se puede dormir de esta manera?
Aldana siguió intentando despertarla, entonces Ignis abrió los ojos.
-¿Mama?
-No, mama no. Soy Aldana. Levántate, tenemos que irnos ya.
-¿Irnos?, ¿a dónde?.
-Ayer te dije que te tenía que presentar a alguien, pero ese alguien no vino. Pues ahora si que ha venido y nos esta esperando fuera. Así que levántate y vístete.
Ignis se levanto de la cama refunfuñando, seguramente no eran mas de las ocho y la noche anterior se había acostado bastante tarde. Abrió el armario y vio que los vestidos habían sido sustituidos por unos trajes más cómodos.
-¿Qué ha pasado con los vestidos?
-Decidí cambiarlos, hoy no vamos a ninguna fiesta, tendrás que ir con ropa cómoda.
Ignis cogió una camisa blanca de tela fina, un corsé negro, unos pantalones también negros ajustados y las botas militares que había llevado puestas cuando Aldana la llevo al palacio de Gea.
Se puso la ropa. Aldana y ella salieron de el cuarto y de la sala que se suponía era un pequeño salón de esa “casa” que había dentro del palacio y se dirigieron a la puerta principal de aquel lugar por el corredor de las cúpulas de cristal.
Salieron al exterior y a lo lejos se veía a dos figuras. Una era de una mujer y la otra… la  otra era enorme, como mínimo media tres metros de altura y por lo que Ignis podía distinguir por la distancia a la que se encontraba de dicha figura, tenía alas.
Cuanto más se acercaban, menos podía creer Ignis lo que estaba viendo.
Era, un dragón. Era precioso, su piel tenía un color plateado, sus ojos eran grandes  y negros y sus alas parecian cascadas de plata, cuando los rayos del sol caían sobre ellas.
Al lado había una chica rubia, bastante guapa y con los ojos de un color azul bastante oscuro.
Cuando llegaron junto a la chica y el dragón Aldana dijo:
-Ignis, esta es Caeli.
Ignis la saludó y se presentó para no ser irrespetuosa, pero en cuanto pudo volvió a mirar al dragón. Nunca había visto una criatura tan hermosa y que a la vez impusiese tanto respeto.
-¿Nunca habías visto un dragón?-dijo Caeli.
-La verdad, es que en el lugar de donde yo vengo no hay muchos de estos-Ignis sonrió-
Caeli le devolvió la sonrisa.
-Caeli, como verás esta es la hija del difunto rey de la región del fuego, y ella es la que heredó sus poderes.
-Tienes razón en cuanto la miras a los ojos ya ves la llama de su poder dentro de ellos.
-Hoy, Ignis, a parte de presentarte a Caeli, había pensado en comenzar las clases para aprender a manejar tu poder, pero he cambiado de opinión y he decidido que ya que os vais a ver muy a menudo y que seguro, te hace mucha ilusión, hoy te fueses a dar una vuelta con ella en Neyén.
Ignis supuso que Neyén era el dragón y dijo:
-¿En serio me vas a dejar montar en tu dragón?
-Claro, así nos vamos conociendo, seguro que nos hacemos amigas en seguida.
Caeli miró al dragón fijamente y este se agachó para dejarla subir a su lomo. Parecía como si tuviesen telepatía. Coeli montó en el dragón y le dijo a Ignis que hiciera lo mismo. Ignis sin pensárselo dos veces lo hizo.
El dragón comenzó a mover las alas y en décimas de segundo ya se encontraban muy alto. Aldana parecía una hormiga desde esa altura.
Caeli hizo una señal y el dragón comenzó a volar hacia un bosque que se encontraba a  lo lejos.
-¿Ves ese bosque de allí?
-Si.
-Se llama el bosque de Ésus y se podría decir que es el pulmón de Gaheim.
Cada vez se acercaban más al bosque y justo cuando lo sobrevolaban, Ignis pudo admirar toda su belleza. Había árboles que nunca antes había visto, pero que eran muy hermosos. De vez en cuando se veía algún claro en el que reinaba un gran colorido producido por las diferentes flores que ocupaban todo el lugar.
-Es precioso, nunca había visto una cosa igual.
Siguieron sobrevolando durante un rato el bosque hasta que Caeli decidió dar la vuelta, se dirigían otra vez en dirección  al palacio de Gea e Ignis pensó que ahí acabaría su viaje, estaba desilusionada, pero no fue así, lo pasaron por encima casi rozando las grandes cúpulas del precioso corredor por el que siempre la conducía Aldana a todos los lados del palacio.
Al pasar el palacio, se dirigieron a dos montañas juntas que tenían en su valle un río que procedía de el deshielo de la nieve que se acumulaba en las cimas de dichas montaña, el valle también era muy colorido, incluso más que los claros del bosque de Ésus.
Caeli le dio la orden a Neyén de que descendiese hacia el valle y el dragón así lo hizo.
Cuando llegaron a tierra firme, se desmontaron del dragón y se tumbaron sobre las flores del valle.Daba la sensación de estar tumbado en una nube de algodón.
-Bueno ahora me presentare del todo bien, soy Caeli, la princesa de la región del viento, como ya te habrá contado Aldana, Gaheim esta invadido por los oscuros y la región de la tierra es la única que no esta en su poder.
-Si, todo eso me lo ha contado.
-Bueno esto no estaba previsto pero he decidido enseñarte una cosa que te ayudará con las lecciones de magia de Aldana. Digamos que es como una pequeña chuleta para un examen. Hoy te enseñaré a escuchar al viento.




No hay comentarios:

Publicar un comentario