-Pero… el viento no habla.
-Si que habla, te susurra, te canta… Lo que pasa es que tú solo lo oyes, no lo escuchas.
-Y exactamente, qué he de hacer para escucharlo.
- Concéntrate sólo en el sonido que produce ahora mismo la brisa que corre por el valle.
Ignis la hizo caso e intentó concentrarse pero no lograba escuchar nada.
-No lo escucho, noto la brisa pero no me dice nada.
-Si no lo consigues es porque no quieres, si no puedes creer que el viento te transmite mensajes, nunca podrás oír dichos mensajes.
-Pero es que me resulta muy difícil entender que pueda el viento pueda hablar.
-Inténtalo de nuevo, y hazme caso, si crees lo escucharás.
Ignis cerró los ojos para concentrarse de nuevo, notó como la suave brisa acariciaba su rostro.
-Hola Ignis -dijo una voz muy dulce-.
-¿Quién habla?-Ignis se sobresaltó-.
-Ignis, lo has conseguido el viento te está hablando. Escúchale atentamente.
La brisa se volvió cálida, pero no llegó a ser desagradable. De pronto el viento comenzó a cantar. Era un canto hermoso, que hacía que Ignis se inspirarse y que su mente viajara lejos, que se perdiera en el cielo.
Ignis siguió escuchando su canto hasta que terminó. Cuando lo hizo se sintió feliz, era como si un torrente de alegría hubiese inundado todo su ser.
-¿Sienta bien verdad?
-Es… no se como describirlo, simplemente no tengo palabras para hacerlo.
Ya eran las dos, Ignis lo dedujo por la posición del sol. Se la había pasado el tiempo muy rápido. Supuso que era porque no se había aburrido.
-Me imaginaba que sería a esta hora cuando estuviésemos aquí, así que pensé que debería de traer algo de comida.
Caeli se levantó se dirigió hacia donde estaba Neyén, sacó de un pequeño macuto una tela que envolvía algo.
-A los habitantes de la región del viento, nos encanta el arroz, es una tradición. He traído unas bolas de arroz envueltas en algas, cómo en la comida asiática.
Siguió buscando en el macuto y sacó un recipiente con forma redondeada que contenía en su interior un líquido rosado.
-Esto lo he traído para beber, es costumbre en mi tierra acompañar esta comida con néctar de odix.
-¿Odix?
Es un fruto que solo se encuentra en la región del bosque. Es bastante dulce.
Caeli le ofreció una bola de arroz e Ignis la aceptó.
-Sabe más rico si mezcla es sabor dulzón del néctar con el sabor agrio del alga.
Ignis mordió la bola de arroz y bebió un traguito de aquel néctar de odix.
Estaba asombrosamente rico. La mezcla de sabores era estupenda.
-¿Te gusta?
- Esta muy rico, gracias.
-No hay de qué.
Terminaron de comer reposaron un poco la comida y decidieron volver al palacio. Durante el vuelo hablaron de muchas cosas y comenzaron a conocerse un poco mejor. Una de las cosas que llamó la atención de Ignis sobre Caeli era su inmensa pasión por todo lo que fuese de color verde, amarillo o rojo.
Cuando llegaron al palacio de Gea, Aldana las estaba esperando, parecía que no se había movido de ahí desde el momento en que ellas se habían marchado.
Ignis, Caeli y Aldana entraron en el palacio y se dedicaron a pasar la tarde haciendo sus cosas. Ignis estuvo dibujando en su cuaderno y también leyendo, Aldana le volvió a pedir el MP3 a Ignis y se dedicó a escuchar música y Caeli decidió ir a jugar con Neyén.
Al llegar la noche las tres cenaron en la pequeña vivienda interior del palacio de Gea en el que Ignis y Aldana vivían. Caeli se marchó a una habitación que Aldana la había preparado en el palacio, pero fuera de esa mini-casa.
Aldana e Ignis se acostaron. Al día siguiente empezarían las clases.
Simplemente genial! Estoy esperando con impaciencia el siguiente capítulo jejejeje (:
ResponderEliminarUn besazo!
Gracias guapa! Pues aquí tines el siguiente :)
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